La noche cae con miedo en el norte de Honduras por terremoto en el Caribe

"Tenemos miedo a que ocurra otro terremoto, hoy no vamos a dormir", comentó por teléfono a Efe una empleada de una farmacia en la ciudad de El Progreso (norte) que añadió: "Gracias a Dios estamos bien, al menos no se nos cayó la casa".

En esa misma ciudad, muchos pobladores seguían mirando con perplejidad el puente La Democracia, una obra de arco que se creía que fue construida a prueba de todo porque ha resistido poderosos huracanes en el norte de Honduras, y cuya parte central fue arrancada por el temblor.

La nostalgia invadió a muchos habitantes de El Progreso, porque el puente, construido por ingenieros franceses e inaugurado en 1963, es el símbolo de la ciudad.

En La Lima, vecina a El Progreso, familiares de una de las seis víctimas mortales registradas hasta ahora observaban impotentes los escombros de cemento de lo que fue su vivienda.

La televisión local ha mostrado imágenes de muchos hondureños, hombres, mujeres y niños, llorando, con su vista perdida entre los escombros de lo que había sido su casa.

Desde el terremoto, que se registró hacia las 02.26, hora local (08.26 GMT), la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) ha registrado unas 150 réplicas, de las que una veintena ha sido superior a los 4 grados en la escala de Richter y el resto menores de 3 grados.

El movimiento telúrico ha causado daños de mediana y menor magnitud en 11 de los 18 departamentos de Honduras.

En comunidades pobres de los occidentales departamentos de Santa Bárbara, Intibucá y Lempira, decenas de humildes viviendas construidas con adobes y otros materiales débiles cedieron ante el sismo.

Desde el departamento de Islas de la Bahía, uno de los sitios de mayor atracción turística de Honduras en el Caribe, los pobladores informaron a la prensa de que los daños no son graves, pero que están "alarmados", con "miedo" y "esperando que esta noche no ocurra nada grave".

El temblor se registró unos 63 kilómetros al norte de Roatán, la mayor de las Islas de la Bahía, donde hoy se temía que el terremoto fuera seguido por un tsunami, lo que pocas horas después fue descartado.

"¿Se imagina qué sería de nosotros si el terremoto nos hubiera destruido todo?", preguntó el propietario de un pequeño hotel en Roatán que telefoneó a una radio de Tegucigalpa, donde también se sintió el temblor pese a que se localiza unos 530 kilómetros al sur de su epicentro.

Los desperfectos causados por el movimiento sísmico fueron asomando como el telón de un teatro a medida que comenzaba a aparecer la luz del día.

Los principales medios de comunicación han mantenido una transmisión permanente sobre la catástrofe, que a algunos hondureños mayores les hizo recordar la poderosa sacudida que se registró en la madrugada del 4 de febrero de 1976 y que causó una tragedia en Guatemala.

El titular de la Copeco, Marco Burgos, dijo a los periodistas que "hay que dar gracias a Dios porque los daños no han sido de gran magnitud" y que esta vez no se comparan con lo que sufrieron ciudades como Managua el 23 de diciembre de 1972, Guatemala en febrero de 1976 o México el 19 de septiembre de 1985, a causa de fuertes terremotos.

Un portavoz del Cuerpo de Bomberos de la caribeña ciudad de La Ceiba, donde el pasado sábado se celebró el Carnaval Nacional, que anualmente recibe a más de 200.000 turistas, alertó que "esta noche hay que estar atentos a lo que pueda ocurrir, con un ojo cerrado y otro abierto".