El 98% de los padres están concienciados con la educación sin género, según un estudio

De hecho, los hábitos de consumo de los padres españoles así lo demuestran y el 80 por ciento de ellos afirma haber adquirido juguetes o disfraces que tradicionalmente no se consideran propios del género de sus hijos. Tan solo el 8,3 por ciento de los encuestados ha descartado alguna vez adquirir un producto tomando como referencia el criterio del género.

En lo referente a los juguetes que prefieren los niños y niñas se mantienen en primer y segundo lugar los puzzles y los juegos de estimulación. Sin embargo, conforme los pequeños van cumpliendo años los roles de género tradicionales se refuerzan y las niñas optan por juguetes normativamente asociados a su género como las cocinitas (62 por ciento) y las muñecas (97 por ciento) y los niños por los muñecos de acción (77 por ciento) y coches (93 por ciento).

"Este estudio muestra la conciencia de los padres españoles por educar a sus hijos sin condicionarlos según su género. Por ello, el objetivo en Imaginarium es trabajar e investigar para poder brindar todas las opciones de juego posibles a nuestros niños para hacerlos felices con independencia del tipo de juguete que elijan, sin juzgar sus elecciones y ofreciéndoles alternativas sencillas de juego real que los aleje un rato de las pantallas", ha afirmado la directora de marketing de Imaginarium, Natalia Chueca.

No obstante, todavía queda camino por recorrer, según los autores del estudio, ya que el 45,6 por ciento de los encuestados afirma haber escuchado recientemente expresiones del tipo "ser un hombre" o "como una chica" y el 42 por ciento cree que sus hijos serían objeto de burla si llevaran al colegio algún elemento que no se correspondiera tradicionalmente con su género.

El 24 por ciento de los niños de entre 7 y 12 años y el 29 por ciento con más de 12 años eligen las pantallas (tablets y móviles) como su opción de juego preferida y este hecho es motivo de preocupación para el 84,9 por ciento de los padres participantes en el estudio.

PROFESIONES

El I Estudio Imaginarium de Educación y Género también ahonda en las profesiones que padres y madres creen más acordes para sus hijos, siendo las más deseadas: medicina (44,2 por ciento), ingeniería (26,2 por ciento) y enseñanza (21,6 por ciento).

El 65 por ciento de quienes han elegido el deporte profesional son padres de niños, igual que el 61 por ciento de los que han optado por la robótica o el 55 por ciento que lo ha hecho por la ingeniería.

En el caso de los padres que tienen hijas a su cargo, consideran que la danza (65 por ciento), el diseño (59 por ciento) y la enseñanza (58 por ciento) son aspiraciones profesionales más adecuadas para ellas. Se detecta de este modo un sesgo hacia la orientación de las profesiones asociadas tradicionalmente a niños (deportivas y técnicas) y niñas (artes y cuidados).

ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES

Esta identificación con profesiones realizadas tradicionalmente por uno de los dos sexos también se observa en las actividades extraescolares elegidas. Aunque parece que los padres dejan libertad para su elección, ya que el 58 por ciento de los encuestados reconoce que han sido los niños quienes han decidido a qué quieren dedicar el tiempo después de clase.

En este aspecto se refleja que los niños optan por practicar de forma mayoritaria los deportes de equipo como el fútbol (89 por ciento), hockey (65 por ciento) o baloncesto (61 por ciento). Por su parte las niñas son mayoría en gimnasia rítmica (96 por ciento) o en patinaje (76 por ciento) y, de forma paritaria practican natación con porcentajes del 50,6 por ciento en el caso de los niños y del 49,4 por ciento en el de las niñas.

También es significativo que el 87 por ciento de las niñas que juegan al fútbol han elegido esta actividad extraescolar por iniciativa propia, sin mediación de sus padres.

El I Estudio sobre la Educación y Género, elaborado por Imaginarium y la consultora de comunicación Best Relations, tiene como objetivo hacer una radiografía de los patrones de educación en materia de género, mostrando así si los padres y las madres del siglo XXI apuestan por una educación sin género, así como la manera en que lo hacen patente y cómo se lo trasladan a su hijos.