La pareja acudió a una rifa benéfica en Norfolk, Inglaterra, y compró sus tickets. Al acabar eligieron los premios que querían. El señor Spurgin optó por una botella de vino blanco de Chablis, mientras que su mujer, desafortunadamente, eligió una botella de vermú que contenía un líquido azul. Al llegar a casa tomaron el supuesto vermú con un poco de limón y hielo sobre las once de la noche. Cathy Spurgin, que solía enseñar economía, pensaba que su bebida sabía "horrible" y sólo bebió la mitad del vaso mientras que Richard se bebió todo el vaso como acto de bravucunería, ya que admitió que tampoco le gustó. Sin embargo, se fueron a dormir sin problemas. Pero a las tres de la mañana, se despertaron muy enfermos. Llamaron a una ambulancia y en el hospital confirmaron que ambos estaban intoxicados con anticongelante, como mostraron los análisis de sangre, lo que fue confirmado por la policía al analizar el contenido de la botella. Según los médicos pudieron morir porque el líquido, usado en los talleres mecánicos de coches, pudo causarles un fallo renal mortal. "No sospechamos nada cuando vimos el líquido azul en la botella porque sabemos que algunos licores son azules. Era como algo que ves en el supermercado. La botella tenía una etiqueta italiana y decía que era vermú y, en nuestra inocencia, creímos que era auténtico vermú lo que contenía", explica el señor Spurgin. La policía lanzó una investigación y buscó a la persona que donó la botella para que fuera rifada en una institución de caridad. Lo que se ha descubierto es que la persona también ganó la botella con anticongelante en una rifa anterior y la donó sin abrirla y sin saber lo que contenía. Según Richard Spurgin, los organizadores de la rifa se mostraron "mortificados" cuando descubrieron lo que había pasado al igual que la persona que donó la botella. "Ahora queremos lanzar el mensaje de que es muy peligroso guardar cosas extrañas en botellas etiquetadas como si fueran algo que se puede beber", señala Richard, quien asegura que no están enfadados y que no culpan a nadie por el incidente. Una portavoz de la policía de Norfolk ha confirmado que no han podido encontrar ninguna pista de dónde salió la botella.