En mitad de la nada, pérdida en medio del Mar de Alborán, una embarcación con 53 personas mantiene una carrera imposible no solo contra los ferris que unen Melilla con la costa andaluza sino también contra la muerte. En esta autopista de las pateras las diferencias entre el primer y el tercer mundo no solo son de tamaño, también de oportunidades para sobrevivir.