Un doloroso año para el periodismo

El 2017 ha sido un año doloroso para el periodismo. Es lo que denuncia ‘Reporteros Sin Fronteras’.

Empezando por España, que con la crisis catalana ha revivido sus peores fantasmas. Desde las injerencias de la Generalitat hasta el conflicto personal del propio periodista.

Un escenario que es mucho más dramático en países como Turquía, que junto con China, es la mayor cárcel de periodistas del mundo. 150 encarcelados corroboran la purga presidencial, porque bajo los tentáculos de Erdogan, al hostigamiento del poder hay que sumarle la violencia. En Italia, 200 periodistas han recibido protección policial, mientras en un país como Malta un coche bomba silenció a la periodista Dafne Caruana por investigar la corrupción.

Un silencio criminal que devora las entrañas del peor lugar del mundo para informar: México, donde 11 periodistas han sido asesinados a balazos. Todos ellos cubrían el narcotráfico o la corrupción estatal.

Más allá, mención especial para el rey del desprecio a la prensa: Donald Trump. Las declaraciones constantes en contra de los medios, sus vetos y sus amenazas le han hecho mucho daño al periodismo libre. Un derecho inalienable y una lucha, la de los informadores, siempre manteniendo el equilibrio en una cuerda a punto de romperse.