Los pasajeros de un vuelo con destino Malasia vivieron unos minutos angustiosos después de que el avión sufriera un fallo técnico. Según han descrito los presentes, el avión comenzó a vibrar intensamente, una sensación muy parecida a estar en una lavadora. Cuando el piloto se dirigió a los pasajeros, en lugar de tranquilizarles, sus palabras provocaron más miedo: “Espero que sepan rezar. Yo voy a rezar también y esperemos que podamos volver a casa sanos y salvos”.