La niña secuestrada el viernes por el pederasta fue raptada en la calle Gómeznarro, en Canillas (Madrid)

La vía dónde fue raptada la pequeña era, cinco días después de lo ocurrido, uno de los datos que aún se desconocían. Hasta ahora sólo se había facilitado que fue hallada dejada en la calle Mequinenza, en el distrito de San Blas, junto a una caseta situada debajo de la M-40.

Otra de las incógnitas del suceso ha sido la existencia de un retrato robot del pederasta, ya que uno de ellos circuló ayer por las redes sociales. Las mismas fuentes han señalado que trabajan con varios retratos robots diferentes a nivel interno, pero no existe un retrato robot oficial y ni siquiera los han difundido entre los distintos Cuerpos.

No obstante, a raíz de la exploración realizada ayer a la última secuestrada, los agentes podrían confeccionar un retrato muy fiable, ya que la niña, de siete años y origen dominicano, no fue drogada y recordaba muchos detalles del sujeto, algo que no ocurrió en las ocasiones anteriores.

Según ha informado hoy el diario El País, en su declaración ante la Policía, la última víctima, el secuestrador no sabía ni el nombre ni su edad, algo que sí utilizó las dos veces anteriores para llevarse a las pequeñas. Además, señaló que era un hombre con acento español y que su coche olía a tabaco, pero que no fumó en su interior.

En su testimonió también aportó que el pederasta era fuerte, con el pelo castaño y ojos marrones, la piel blanca, un lunar en la mejilla derecha y otro cerca de l boca. Además, apuntó que tenía dos heridas pequeñas en el brazo derecho, entre otros detalles.