Probamos el traje del sueño: terror al volante
El "traje del sueño" pesa 18 kilos. Consta de pesas para el tobillo derecho, el que usamos para acelerar, para las manos, un chaleco de unos 10 kilos, un casco para simular la pesadez de cabeza y lo más importante: unas gafas que se oscurecen como cuando tenemos microsueños al volante. Durante unos segundos cerramos los ojos y a 120 kilómetros por hora puede ocurrir cualquier cosa. Uno de cada 5 accidentes están relacionados con la fatiga asegura Jorge Castellanos, de la asociación de automovilistas RACE. Con el traje ya colocado vamos a ver qué tal se conduce. Una experiencia que compartimos con el cámara que graba este reportaje, Luis Ruiz, y con el responsable de Comunicación de Ford España, Víctor Piccione. Ellos son los que han diseñado este traje para concienciar a los conductores del peligro del cansancio. Han diseñado también otros dos, uno que simula drogas y otro alcohol, todos ellos usados en cursillos para concienciar del peligro que se puede correr al volante en determinadas circunstancias. Ambos evitan, girando el volante, un accidente asegurado ya que las gafas sólo con 4 segundos de oscuridad, nos ponen en un peligro evidente. El coche cambia de carril y somos incapaces de tomar correctamente una curva. "Habríamos acabado debajo de las ruedas de un camión o saliéndonos de la vía" si el sueño fuera real y estuviéramos en una carretera. Por suerte, sólo es un simulacro que se desarrolla entre gritos de pánico en el circuito del Jarama, en completa soledad. Ante esta operación salida el consejo es obligado: conducir descansados y parar cada dos horas. Si comenzamos a notar fatiga lo mejor es parar y descansar. Seguir conduciendo es igual o más peligroso que circular borracho.