Que el uso y abuso del coche privado agrava la contaminación en las ciudades es algo que sabemos, pero ignoramos a diario. Por una razón u otra, nos resistimos a dejar nuestro vehículo en casa y siempre encontramos alguna justificación. Y aunque la conciencia ecológica empieza a calar, hemos visto que muchos de los que abogan por dejar el coche, lo hacen con las manos en el volante de su propio vehículo.