La solidaridad de los vecinos de Burés evita que se quemen las casas

El fuego ha sorpendido a la aldea de Burés, a solo 9 kilómetros de Rianxo. Sus cien vecinos están todos apagándolo. La tensión es máxima. Sus casa están en juego. Hacen una cadena humana de cubos de agua. Todos sirven. De pintura, de la fregona... Se tapan las caras con trapos para poder respirar y corren hasta las llamas. Les ofrecen los cubos a los guardias civiles. Hay una colaboración total. Ni siquiera gritan. Están concentrados en la lucha contra el fuego. El medio más sofisticado que poseen son las mangueras del jardín. No es la primera vez que se les quema todo. Hace 6 años su aldea quedó arrasada. Cuando pasa lo peor llega por fin algún medio aéreo y brigadistas. Mientras, los valientes vecinos se acercan a otras casas a ayudar a que las llamas no se extiendan. Algunos tienen que marcharse a trabajar con el miedo a que se reavive el fuego en el cuerpo.