Gamelab alcanza la madurez en su séptima edición

A veces para crecer y seguir adelante hay que abandonar el hogar donde uno ha crecido, es algo natural. Precisamente por esta situación han pasado en Gamelab. Tras seis años afincados en Asturias, han tenido que abandonar la patria querida para crecer, para madurar, y qué mejor sitio para hacerlo que la ciudad condal.

Gamelab (http://www.gamelab.es/2011/es/) ha crecido, es un hecho. No sólo porque el evento se celebre en un espacio más grande, si no por todas las figuras que han acudido a la cita. Genios de esta industria como Hideo Kojima, Cliff Bleszinski, Peter Molyneux y por supuesto nombres nacionales como Enric Álvarez, Daniel Sánchez Crespo o Gonzo Suárez.

No obstante, Gamelab no ha sido sólo una feria de nombres. Ha sido un evento de mucha calidad, donde las conferencias además de abundantes en número también lo han sido en calidad. Tener la oportunidad de escuchar la experiencia de profesionales de primera línea como Trip Hawking de Digital Chocolate o ver en primicia contenidos de Reality Fighter son sólo una pequeña muestra de lo que se pudo ver la semana pasada.

Todo esto, fruto del gran trabajo realizado por la organización del evento, se ha visto avalado por la gran afluencia de público. Entusiastas que han abarrotado Las Arenas de Barcelona para jugar a las últimas novedades que traían al evento empresas como Microsoft, Sony y Nintendo.

Gente de todas las edades, hombres y mujeres; aunque más de los primeros que de las segundas. Un público que no sólo venía a jugar a 'Uncharted 3' o al modo horda de 'Gears of Wars 3', si no también a escuchar las conferencias, espacios que en la mayoría de las ocasiones se encontraba lleno de gente.

Gamelab ya no es un pequeño evento que congregaba a unos cuantos en Asturias. Gamelab ha madurado y ha crecido para consolidarse como una feria importante dentro del ámbito internacional. Todavía hay mucho trabajo que hacer y muchas cosas que mejorar, de eso no hay duda. La organización está haciendo un trabajo excelente para darle al Gamelab, y por extensión a España, el lugar que se merece en la industria del videojuego.