Los acercamientos entre Ana y Napoli continúan en Villa Montaña: “¿Alguna vez has tenido el deseo de besarme?”

Ana y Napoli siguen acercando posturas en ‘La isla de las tentaciones’. Y de qué manera. En la fiesta que han hecho las chicas por la noche en Villa Montaña, el participante italiano no ha dudado en tirar en un momento dado a Ana a la piscina bien agarrado a ella. Pero hay algo raro que ha notado Napoli.

“¿Estás nerviosa?”, le ha preguntado a Ana. “No estoy nerviosa, estoy manteniendo distancia”, ha apuntado la pareja de Borja. Napoli no ha entendido mucho esta respuesta: “Distancia, ¿por qué? Yo no te voy a besar”. Ana ha señalado que eso ya lo sabe y ha procedido a salir de la piscina, porque según ella, tenía frío. Napoli ha abrazado a Ana muy cariñosamente.

“No entiendo quién soy yo para ti aquí todavía…”, ha dicho Napoli, muy confuso. Ana le ha contestado que no puede decir nada. El italiano le ha preguntado si alguna vez ha tenido el deseo de besarle o ha sentido que quería hacerlo. Ana ha dicho lo siguiente: “No”. Algo que ha descuadrado al italiano, puesto que si con alguien se ha mostrado receptiva Ana entre todos los tentadores que hay es con él y con quien más se ha soltado de todos. Pero eso no quiere decir que no sea fiel a sus sentimientos y a su pareja.

Y es que según Ana, “los besos tienen un significado muy importante. Son algo muy especial, por lo que si le doy un beso es porque estoy preparada, porque lo tengo claro, porque estoy segura y porque sé que se lo quiero dar”. Lo que está claro es que para Ana, conforme el tiempo avanza en Villa Montaña, está siendo cada vez más difícil resistirse a la tentación de Napoli.

El fuerte tonteo entre Ana y Napoli

El fuerte tonteo que mantuvieron Ana y Napoli en Villa Montaña al poco tiempo de que el italiano llegase a Villa Montaña fue suficiente para que la alarma amarilla sonase en Villa Playa. Y es que Napoli le dio un beso en la frente a Ana. No obstante, en este acercamiento que también tuvieron ya le dejó claro Ana a Napoli que se lo iba a tener que currar si quería ser su tentador. Napoli le regaló en aquel entonces una pulsera muy especial para él.