La misión de Martina era clara: debía custodiar y salvar la vida de la rehén infiltrada en una peligrosa célula terrorista mientras sus compañeros reducían al cabecilla y conseguían la peligrosa carga radioactiva que tenían. Comenzaron los disparos, los terroristas se defendieron y en mitad del enfrentamiento la misión fracasó: la infiltrada cayó abatida por los terroristas y uno de ellos logró escapar con la carga.