"Cuando mi madre fallece automáticamente me desconecto del mundo, los dos móviles los tiré y me encerré en el cuarto donde ella dormía en mi casa. Estuve tres meses como autista, sin salir de la habitación. Mis hermanas me traían la comida como si fuera un preso. No quería salir al mundo. Se apagó la luz de mis ojos, cuando ella se fue se me quitaron las ganas de todo...Me olvidé del mundo, tuve ideas difíciles, me quería ir también pero fue ella la que me empujó." Afortunadamente, a los tres meses, el artista reaccionó. "A los tres meses noté una energía muy especial y salí de la habitación me fui al baño y vi que estaba deteriorado. Fue como si ella me diera fuerza y me dijera que tenía que seguir. En ese momento fue cuando salí y monté esta obra. Esa energía que sentí me sacó del cuarto", ha dicho el artista que ha recordado que su madre era una mujer muy vital. "Ella bailaba, cantanta, tenía energía, estaba llena de vida."