Un brutal asesinato lleno de huellas

TELECINCO.ES 25/09/2008 09:30

La joven esta tumbada boca arriba. Tiene los pantalones y ropa interior bajada. Cuando retiran la chaqueta descubren las puñaladas que esconde su anatomía, pero la nieve del día anterior ha borrado la sangre. Sin embargo, en la cámara de la Ertrzaintza aparecen otros objetos como el recibo de una biblioteca o un pasador de pelo que pueden resultar determinantes para la resolución del caso. Además, en el muslo de Virginia aparecen manchas que podrían ser semen de su asesino. El ensañamiento con el que éste actúa es tal que cubren con un biombo la escena del crimen para evitar impedir que nadie pueda ver lo que allí se encuentra.

En el cuerpo de la joven se encontraron 53 heridas entre cuello y tórax. Seis cortes en el cuello dos de las cuales resultaron mortales por sí solas. El cuchillo le atraviesa la traquea y su propia sangre le provoca la asfixia. El pecho y el abdomen de Virginia presentan 45 cuchilladas. Los médicos apenas encuentran signos de defensa, aunque los datos clave que aporta la autopsia están en la piel de Virginia. En sus muslos hay material genético suficiente para encontrar el ADN del asesino, ya que la joven ha sido violada. En la otra pierna aparece un pelo de perro, posiblemente la mascota del criminal.

La ropa de la victima también aporta información. Los cortes que hay en el jersey ayudan a determinar el arma con el que se materializo el crimen. Un cuchillo, corto y pequeño. El miedo llega a la calle y la policía se ve obligada a tranquilizar a la población. 25 agentes trabajan en la investigación de esta muerte.

Resolver el asesinato es difícil y la policía agota sus vías de investigación seis meses después del homicidio. El paso del tiempo juega a favor de la policía, ya que el asesino cree que esta a salvo y vuelve a actuar. Intenta secuestrar a otra chica en la misma calle que a Virginia. Pero en esta ocasión, la joven memoriza parte de la matricula del vehículo y detalles del uniforme de trabajo del agresor.

Iba acompañado de un perro. Aunque son pocos datos, la Ertzaintza se centra en un joven de 24 años, residente en Sopelana, a 23 kilómetros de Bilbao. Se llama Luis Gabriel Muñoz. Es la primera vez que aparece un sospechoso tan claro. Se buscan desesperadamente pruebas en el vehículo del chico. Aunque, lo ha podido lavar en repetidas ocasiones, es un elemento clave.

La tapicería esta llena de pelos, a simple vista, de animal. Los pelos son de perro, del mismo al que pertenecían los encontrados sobre el cuerpo de Virginia. Hasta 10 colillas del cenicero del coche, en una de las cuales se encuentra ADN correspondiente al hallado en el cuerpo de la víctima. Las pruebas son tan claras que Luis Gabriel no aguanta la presión y se hunde. Confiesa todos los detalles del crimen de Virginia. Narra detalles que sólo puede saber él: cómo son asestadas las puñaladas, el orden de éstas, su trayectoria...

Tenía novia y trabajaba como peón en una obra. La novia no se lo podía creer, mantenían una relación ejemplar. Vida social pobre, inseguridades, agredir sexualmente a una mujer y después matarla, reafirma a ese tipo de personas. En el juicio, el acusado niega los hechos. El Tribunal lo condena a 30 años de prisión. El caso está cerrado.

Matar no es tan sencillo. Lo complicado reside en el momento en que se desea eliminar cualquier rastro del crimen.

Así sucedió todo

A las 3 de la madrugada, Virginia se despide de un grupo de amigas en la estación de Casco Viejo de Bilbao. Esta a punto de llegar a casa, cuando un hombre la ataca con un cuchillo y la obliga a subirse a su coche. Se dirigen hacia el Monte Artxanda, donde la obliga a bajarse del coche. Cruzan la carretera y descienden por el bosque. Tiene tanto miedo que en ningún momento intenta escapar. El agresor la tumba en el suelo y la arremete sexualmente. Él se separa mientras ella se viste, pero vuelve para asestarla una puñalada en el cuello. Ella se desvanece y piensa que esta muerta y se va. Pero desde lejos observa que la chica todavía se mueve. Golpea su cara con el puño y después le propina 8 puñaladas en el cuello, de las que elle intenta defenderse con las manos. Llega a apuñalarla hasta 53 veces y se asegura de que esta muerta.

Un crimen con ensañamiento

Tras el rastro del asesino

Vida aparentemente normal