El enlace 'interruptus' de Bea y Álvaro

SANDRA VICENTE 19/06/2008 15:34

Los enormes nubarrones negros que amenazaban desde primera hora de la mañana auguraban una boda movidita, como en los acontecimientos más regios. Y si no, que se lo digan a Letizia.

Respetaron la entrada de los primeros invitados. La mantilla de Marga, los volantes de Puri, la pamela de Elena y el modelazo dorado de la Chalihubieran podido lucir como merecían por la alfombra roja si los taconazos les hubieran permitido andar por el césped sin quedarse clavados en él.

Si eso le pasa a una en la boda de su primo, no tiene más remedio que disimular lo mejor que puede y procurar que los invitados no se den demasiada cuenta. Lo bueno de la boda de Bea es que en cualquier momento alguien grita "¡Corten, repetimos!", y problema resuelto.

Y esa no es la única ventaja de asistir a una boda en la tele. Cuando una se pone sus mejores galas, que siempre son sinónimo de un vestido finísimo y escotadísimo con el que te morirás de frío en cuanto sople la primera ráfaga de viento, sólo te queda resignarte a salir en las fotos con cara de frío y piel de gallina.

En la boda de Bea, sin embargo, que las invitadas al enlace no dudan en cambiar por sus taconazos en cuanto salen de plano. hay un magnífico perchero

Además, el equipo de maquilladoras y peluqueras está al quite, con su kit de urgencia, para quitar unos brillitos aquí o poner unas sombritas allá.

Pero lo mejor, sin duda, si eres la novia en la tele, es saber que no tendrás que llevar huevos a Santa Clara , porque si empieza a llover alguien dará la orden de que se suspenda temporalmente la boda hasta que escampe y el enlace pueda reanudarse.

Así fue en la boda de Bea. Los nubarrones que amenazaban a primera hora de la mañana, empezaron a descargar con todas sus fuerzas al mediodía y los 'invitados' no tuvimos más remedio que . refugiarnos en la carpa que hacía las veces de tocador de maquillaje y peluquería

Allí esperábamos pacientes junto a los actores que dan vida a Cayetana, Elena, Guti, Richard, Echegaray, Santi, Gonzalo y compañía a que nuestra Bea no tuviera que pasar por lo que en su día pasó la mismísima Letizia: dar el sí quiero bajo el diluvio universal.

Después de los primeros lamentos y en vista de que el chaparrón iba para largo, cada uno echaba mano de lo que podía para pasar el tiempo . Richard se dedicaba a hacerse fotos de recuerdo con su amiga Cayetana mientras gritaba "Vivan los novios", Gonzalo bromeaba en pleno diluvio: "Tranquilos, que está aclarando" y Echegaray se echaba unos cantes para animar el cotarro.

Pero la mejor idea para pasar el tiempo la tuvo Elena: " Uno se pregunta si los actores van siempre con un Trivial a cuestas por si suceden este tipo de imprevistos, pero lo cierto es que la fiesta se animó. ¡Y de qué manera! ¿Por qué no echamos una partidita de Trivial?"

Dos equipos: uno formado por Elena, Echegaray, Richard, Mustang y el novio de Be, y otro formado por Puri, Echegaray padre, el cura de la boda, Marga y Santi, que compitieron durante horas en busca de los preciados quesitos.

Al final, la partida quedó en tablas porque, contra todo pronóstico, salió un sol espléndido y había una boda que celebrar en el jardín . A partir de ese momento se sucedieron las escenas que todos hemos vivido alguna vez: el emotivo Sí quiero, el brindis por los novios, el primer baile (en esto nuestros novios fueron poco convencionales y dejaron atrás el clásico valls para marcarse un baile "made in Bea"), la conga de los invitados....

Sólo un pequeño detalle diferenció el evento de lo que todos hemos vivido alguna vez. Alguien gritó "¡Corten!" y ya no fue necesario que los padrinos pasaran por las mesas preguntando "¿qué tal ha estado todo?" y repartiendo puros. Se acabó la boda y con ella la historia de amor más seguida de los últimos años. Y todo, por fin, bajo el sol.