Fran Rivera asegura que siempre tuvo claro que quería ser torero. “Cuando se lo conté a mi madre, me mandó a EE.UU. Cuando volví a decirle que quería ser torero me dijo que hablase con mi abuelo y eso fue horrible, mi abuelo era muy serio. Al final saque fuerza para decirle que quería intentar ser torero y, menos mal que escogí las palabras adecuadas y le dije ‘intentar’. Él me contestó que si quería ser torero tenía que empezar a hacer vida de torero”, cuenta.