Miguel Ángel Revilla, antes de político, era director de banco y tenía hasta un yate. “Yo podía haberme hecho de oro”, asegura el político. Revilla decidió dejarlo todo para dedicarse a la política y a su tierra. “Yo soy capaz de sacrificarlo todo por una idea sí creo que es justa”, continúa. “Lo dejó todo por la política y por Cantabria”, confirma su amigo Roberto Velasco.