Antonio Banderas llega a Madrid en los años 80, en plena Movida madrileña y, de la mano de Joaquín Sabina, comenzó moverse en ese ambiente. “A Joaquín Sabina yo le conocí en Málaga, y en Madrid me llevó a un sitio de gente con los pelos llenos de colores y un montón de niñas con las faldas muy cortas… y yo dije: ‘Esto está de puta madre’. Y ese fue mi primer contacto con aquello que se llamó Movida”, cuenta.