Hace años, cuando trabajaba como agente, Becca disponía de un disco duro que contenía toda la información que demostraría la culpabilidad de Lussier en casos de corrupción. Conocedora de sus redes, Becca le pide que encuentre a su hijo a cambio del disco; Lussier acepta la propuesta.
Mientras Lussier busca información de Michael, Becca recupera el 'disco duro', que resulta ser el apodo de un hombre con memoria fotográfica. Este había vivido los últimos años escondido en un pueblo de las afueras de Francia con la nueva identidad que en su día le había facilitado Becca.
El subdirector consigue un vídeo en el que se demuestra que Michael sigue vivo y le propondrá un lugar para el intercambio: su hijo por la persona que le puede incriminar. Cuando llega el momento del intercambio Becca parece dispuesta a entregar a su testigo para recuperar a su hijo a pesar de que este le cuenta de que ahora tiene una familia. Pero en el último momento Becca se da cuenta de que el encapuchado que le van a entregar no es su hijo, y escapa junto a 'disco duro' en medio de un tiroteo.
Giancarlo se lleva a la familia de 'disco duro'a salvo, pero este decide no irse y ayudar a Becca a colarse en el despacho de Lussier. Ella quiere rastrear la procedencia del vídeo a la vez que 'disco duro' busca pruebas en el ordenador del subdirector que prueben su culpabilidad y le permitan vivir libremente.
Activando la alarma de incendio del edificio de Inteligencia consiguen colarse hasta el despacho y llegar al ordenador. Becca encuentra un permiso de Lussier para un plan de vuelo sin registro, mientras que 'disco duro' encuentra la información que buscaba y la cuelga en internet para denunciar a Lussier. Becca corre al aeropuerto pero sólo puede ver impotente como se llevan a su hijo Michael a la fuerza dentro del avión que despega sin que ella pueda hacer nada.