Las opiniones eran dispares sobre la ejecución del baile de Belén. Ella, contenta por haber superado el reto del debut pero agotada, sonreía a todos. "Me han traicionado los nervios, pero me encanta mi vestido de princesa. Cuando he llegado aquí, la única persona que ha ensayado el mismo baile tres veces he sido yo porque me quedaba en blanco a ver el escenario, la grada y las luces. Es como un gran teatro".
Un número difícil
Jorge Javier era sincero desde el comienzo, con dosis de ironía incluidas. Primero le daba un consejo para mejorar la seguridad en sí misma: "No tienes que pedir permiso para bailar, la gente quiere verte bailar". Luego bromeaba con el estilismo: "¿La diseñadora era amiga de María José Campanario?. Y más tarde, le daba su apoyo al ciento por ciento: "Empezaste perdida, pero en cuestión de segundos te has notado muy segura. ¡Seguro que llegas a la final!".
Mila Ximénez y Antonio Canales coincidían además en que el baile que le había tocado a Belén es el más difícil. "Princesa, sé que la gente te adora. La verdad que te ha tocado un broadway muy dificíl, me parece que con los bailes más stándares vas a poder demostrar que vales y que puedes bailar", aseguraba el bailarín.
Ella, la voz del pueblo, la musa posmoderna, la madre coraje, agradecía los piropos y pedía comprensión ante las súplicas de que repitiese el número para el programa. "Estoy muerta, me quiero quitar las medias, llegar a mi casa y tirarme en mi cama. Venga, vale, un poquito y me voy, os lo dedico a vosotros, guapos", decía... comenzando a moverse.