Uno de los momentos que ayudó a consolidar una de las amistades más emotivas del deporte español fue la llegada de Xavi y Casillas a la Selección. Jose Antonio Camacho, seleccionador en ese momento, convocó a los dos casi al mismo tiempo. Un convocatoria que sería casi fija en la década siguiente y que daría como fruto dos Eurocopas y un Mundial.