Caos y muerte en Haití

INFORMATIVOS TELECINCO / AGENCIAS 13/01/2010 05:38

El testimonio del Primer Ministro a la cadena de televisión CNN describe la situación en Haití y en su capital, Puerto Príncipe, junto con la respuesta producida por parte de los habitantes: "La población ha reaccionado con madurez. La gente está tratando de ayudarse unos a otros, tratando de organizarse". Al mismo tiempo, ha destacado la importancia de reconstruir el aeropuerto de la capital, una infraestructura imprescindible para comenzar a recibir cargamentos de ayuda humanitaria y personal especializado.

Por su parte, el presidente, René Prèval, ha descrito crudamente la catástrofe: "Hay muchas escuelas que tienen a muchas personas muertas", a lo que ha añadido que entre los atrapados bajo el Parlamento se encuentra, aunque con vida, el presidente del Senado, Kely Bastien. "Todos los hospitales están llenos de gente, es una catástrofe", lamentó.

La primera dama, Elisabeth Préval, también habló de "catástrofe" y subrayó que el hospital general se ha derrumbado. "Necesitamos apoyo, necesitamos ayuda, necesitamos ingenieros", reclamó.

Todos coinciden en la magnitud de la tragedia

Todos los observadores coinciden en el dramatismo de la situación. Hasta tres millones de personas pueden estar "afectadas" por el terremoto, especialmente las que se encontraban en Puerto Príncipe, la capital de Haití, según calcula la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR): "Esta es nuestra proyección máxima. Se trata de personas potencialmente afectadas, es decir, no necesariamente muertas o heridas, sino que han perdido sus hogares, o han sufrido destrucciones en los suyos, por ejemplo", según afirma el portavoz de la FICR Jean-Luc Martinage.

La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), por su parte, dijo que sus equipos están ya tratando a cientos de heridos por el terremoto en Haití en los hospitales de campaña que han instalado en sustitución de las instalaciones médicas del organismo humanitario, que también se han visto afectadas por el seísmo.

Un paisaje desolador

Además de por las numerosísimas víctimas, Haití y su capital, Puerto Príncipe, reflejan crudamente el caos y el desastre sufridos por el terremoto. Edificios destruidos, el cierre del aeropuerto de Puerto Príncipe, el colapso de las comunicaciones y el aislamiento de numerosos puntos del país son algunas de las consecuencias causadas por el fenómeno, que tuvo su epicentro a unos quince kilómetros de la capital haitiana, y que ha sido seguido por varias réplicas, que podrían continuar produciéndose durante varios días.

Entre los edificios derruidos se encuentran el de Naciones Unidas y el Palacio Presidencial, del que apenas han quedado en pie los muros. Incluso se temió por la vida del presidente. También han quedado destruidos supermercados, hospitales y hoteles. Las comunicaciones por vía telefónica han quedado cortadas.

El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, ha dado por muerto al jefe de la Misión de Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), el tunecino Hedi Annabi. "Por desgracia el edificio de la ONU se derrumbó y parece que todos los que estaban en él, incluido mi amigo Annabi, enviado especial del secretario general de Naciones Unidas, y todos los que estaban con él están muertos", afirmó el jefe de la diplomacia francesa en la radio RTL

Los españoles, sin localizar

La embajada de España en Haití ha informado de que, en principio, no hay víctimas entre los miembros de la colonia española. Según ha podido saber Informativos Telecinco, se temía por el estado de una subinspectora del Cuerpo Nacional de Policía de la que se desconocía su paradero pero, finalmente ha sido encontrada y se encuentra bien.

Sin embargo un centenar de familias viven momentos de tensión porque alguno de sus allegados está en la isla. Hay media docena de españoles que no han podido ser localizados, entre ellos, uno de los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil que participan en la misión de estabilización de Naciones Unidas en el país.

Tampoco se conoce el paradero de varias monjas y una segoviana que trabaja para la Unión Europea.

Por otro lado, la subsecretaria general de la ONU para las operaciones de paz, Susana Malcorra, confirmó la muerte de catorce de los trabajadores de la misión de estabilización del organismo internacional en Haití, en el terremoto que asoló el país. Malcorra, durante una conferencia de prensa, informó de que por el momento la ONU puede confirmar que el terremoto se cobró la vida de "diez (soldados) brasileños, tres (soldados) jordanos y un civil haitiano". Además, otros 56 miembros de la misión de paz de la ONU en Haití (Minustah) han resultado heridos y siete han sido evacuados del país.

La ayuda internacional se pone en marcha

Nada más conocerse la noticia, la comunidad internacional ha comenzado a movilizarse para el envío de ayuda. Estados Unidos enviará al país vecino un primer destacamento compuesto por 72 personas, 6 equipos de rastreo caninos y 48 toneladas de equipos de rescate.

Desde Venezuela también se ha anunciado que pronto partirá un equipo de cincuenta expertos en rescate de víctimas. República Dominicana y Nicaragua también han anunciado que enviarán ayuda a la zona de la catástrofe. Mientras, los haitianos que viven en el extranjero intentan localizar a sus familias.

Por su parte, España, como país que preside la Unión Europea, va a coordinar toda la ayuda humanitaria europea destinada a los damnificados. Distintos gobiernos europeos, entre ellos el español, a través de la Agencia de Cooperación Internacional, preparan el envío de ayuda humanitaria, que se podría trasladar desde la Base Logística que tienen en Panamá.

El primer equipo de rescate español, compuesto por diez personas entre bomberos y sanitarios, ha embarcado en el aeropuerto de Madrid-Barajas con dirección a La República Dominicana, para desde allí viajar a Haití. Los componentes de esta primera expedición, pertenecientes a la ONG Intervención, Ayuda y Emergencias de la localidad de Algemesí (Valencia), viajan acompañados por cuatro perros golden retriever especialistas en la localización de personas sepultadas bajo los escombros.

A primera hora de esta tarde saldrán también desde el aeropuerto de la capital española un equipo de la ONG española Bomberos Unidos Sin Fronteras, formado por ocho especialistas y tres perros.

"Todo el mundo temblaba"

Jesús, un comerciante que se encontraba en Haití en el momento del siniestro, ha relatado las escenas de desolación tras el suceso. Ha explicado que cuando se produjo el sismo se encontraba en Fond Parisien, una zona rural próxima a Puerto Príncipe, lugar en el que se hundió una explotación minera y quedaron personas atrapadas. También se cayó un hospital y se derrumbó una escuela, según el testigo.

"Todo el mundo temblaba, era como un baile, la gente salía de los vehículos, corría y gritaba", relató Jesús, quien describió que "la carretera se abrió por la mitad" ante sus ojos.

El fenómeno se dejó sentir prácticamente en toda la isla de La Española, cuyo territorio comparten Haití y la República Dominicana, aunque en este último país las primeras informaciones oficiales no revelan daños trágicos. El temblor también se percibió con fuerza en el oriente de Cuba.

"Desde los escombros se oyen gritos de socorro"

"Desde los escombros se oyen gritos de socorro de los que se han quedado dentro y los parientes se desesperan por la impotencia", apuntó la cooperante italiana de la Asociación de Voluntarios para el Servicio Internacional (AVSI) Fiammetta Cappellini. Según el testimonio de esta mujer, que recoge Europa Press, en Puerto Príncipe "las calles se han convertido en una trampa" y, en toda la ciudad, "la gente se queda en la calle, unos porque ya no tienen casa y otros porque temen una nueva sacudida".

El testimonio es desgarrador en su totalidad: "Los edificios más importantes habían desaparecido, bloques enteros de varios pisos estaban a ras del suelo y, un supermercado muy conocido, que a esa hora tenía que estar lleno de gente, estaba reducido a ruinas", indicó la cooperante.

Hacia la medianoche del martes, relató Cappellini, consiguió llegar a su casa y encontrarse con su marido "tras más de dos horas de viaje para hacer menos de diez kilómetros por carreteras impracticables". "La casa que estaba al lado de la mía ya no existía", indicó, al tiempo que describió la situación que se daba en la ciudad.

"Por las calles vagaban personas presas del pánico y de histeria, heridos buscando ayuda, luces de alta potencia colocadas para poder continuar con las actividades de rescate y todos los medios de la misión de la ONU movilizados para ayudar, aunque sus mismos trabajadores habían sufrido daños graves", matizó. "Rezad por este país en desgracia", concluyó la cooperante. AV/IUL