Especulando entre pobres
EVA LUNA
27/03/200800:00 h.Estas 148 viviendas forman un microcosmos. Todo se sabe, pero nada se cuenta de muros para afuera. Aquí conviven payos, gitanos e inmigrantes y la ley que funciona, es la ley de la calle. El que habla, sufre amenazas e incluso agresiones.
Algunos de los vecinos nos lo cuentan ocultando su rostro. Un equipo de reporteros demuestra diversos fraudes que se dan en esta comunidad. Existen viviendas ocupadas por familias a las que no les corresponde, pero la necesidad les hizo dar la patada a la puerta.
Algunos pagan la comunidad y quieren pagar también el alquiler, pero hasta que un juez no decida, no pueden quedarse con esa vivienda que ocuparon. Otros no pagan ni comunidad, ni agua, ni luz, la enganchan a la del edificio perjudicando al resto de vecinos. La lista de morosos es interminable...
Pero llama más la atención la existencia de pisos realquilados. El adjudicatario inicial decide cambiar de residencia y alquilar la vivienda que le facilitó el Ivima triplicando además su precio.
Estas familias se están aprovechando de un piso oficial, para enriquecerse personalmente. Un dinero negro que va directamente a su bolsillo, a costa de quienes necesitan realmente un techo para vivir.
El colmo de la especulación llega con la venta de estos pisos. El adjudicatario -que no es el propietario de la vivienda sino el inquilino- la vende bajo cuerda por el precio que estima oportuno. Una venta, que, a efectos legales, no existe porque el verdadero propietario de la vivienda, es el Ivima.
El Instituto de la vivienda está al tanto de todo lo que ocurre con sus pisos, pero asegura que no puede hacer nada para evitarlo. Apunta a la Delegación de Gobierno y a las fuerzas de seguridad, como responsables de prevenir, evitar y corregir estas situaciones.
El pasado año el Ivima efectuó 15.000 visitas para detectar irregularidades, pero una vez localizadas, dicen, no puede hacer nada sin un auto de un juez. Mientras muchas familias viven a la intemperie, unos cuantos se frotan las manos con los pisos del Ivima.