La escudería de Maranello no encuentra la velocidad que le falta para hacer frente al equipo campeón del mundo. Como dijo Alonso esta semana, lo importante en los monoplazas hoy en día es la aerodinámica, y en eso Red Bull no tiene rival. Su ingeniero Adrian Newey crea monoplazas casi perfectos en este aspecto. Por su parte, Ferrari carece de la suficiente eficiencia aerodinámica como para plantar cara a Red Bull y McLaren, lo que se traduce en menos velocidad por curva y, por ende, menos competitividad.
Sus problemas comienzan el sábado en clasificación, donde Alonso se quedó a un segundo de la pole en Malasia y a 1.4 en Australia y China, logradas las tres por el alemán Sebastian Vettel. El Ferrari F150 Italia no es lo suficientemente rápido a una vuelta, algo de lo que ya venía pecando la temporada pasada.
Los domingos la cosa no mejora. En las salidas de los tres Grandes Premios el asturiano ha perdido posiciones, siempre desde la quinta posición: en Australia bajó hasta la novena plaza, en Malasia hasta la séptima y en China perdió un puesto con Massa.
Por último, las estrategias en carrera están fallando. Este último aspecto se está convirtiendo en el talón de Aquiles del equipo italiano en los últimos tiempos. De un error estratégico se perdió el Mundial en 2010, y las malas lecturas durante las carreras este año están perjudicando a sus dos pilotos. Y más cuando este año se están convirtiendo en vitales.
Los neumáticos tienen un comportamiento radicalmente diferente al que veníamos conociendo. Las decisiones estratégicas y la comunicación con el piloto desde el muro de boxes son más importantes que nunca, y ahí es donde Ferrari está fallando más en los últimos años.
Sin ir más lejos, este fin de semana en China los pilotos de la escudería italiana fueron a dos paradas, cuando tanto Hamilton, ganador de la prueba, Webber, que remontó de la 18ª a la 3ª posición, como Button y Rosberg, 4º y 5º respectivamente, pararon tres veces a cambiar neumáticos.
Todo al revés en Ferrari
Nada parece funcionar en Ferrari. La solución de los problemas comienza por mejorar el F150 Italia en clasificación y en las salidas para que las carreras no se conviertan en un tío vivo para Alonso y Massa. La Scuderia tiene tres semanas para cambiar el rumbo de la temporada.
Fernando Alonso no las tiene tampoco todas consigo. En Malasia un toque con Hamilton evitó que se subiese al podio y en China le faltó ritmo de carrera. A pesar de que se está convirtiendo en uno de los pilotos que más adelantamientos está haciendo en carrera, la tensión de tener que remontar constantemente no ayuda al piloto español.
El líder del Mundial, Vettel, aventaja a Fernando Alonso en 42 puntos, casi dos carreras de diferencia. Ferrari y el piloto español ya no tienen más margen para el error, cuando tan sólo llevan tres carreras disputadas.
Y no sólo eso, sino que McLaren Mercedes, a quienes muchos daban por muerto antes del Gran Premio de Australia, se confirma como el segundo equipo de la parrilla y principal rival de los coches de las bebidas energéticas.
La gran carrera de ayer de Hamilton refrenda, además de la calidad del piloto inglés, que el MP4-26 es competitivo. Si a eso se le suma el excelente trabajo a lo largo del año del que suele presumir la escudería de Woking, podemos estar hablando de una lucha Vettel-Hamilton por el Mundial si Ferrari no reacciona.
Y en esas está el equipo de Alonso. Los dos próximos grandes premios, en Turquía y Barcelona, serán vitales para conocer las futuras aspiraciones o no del equipo italiano.