Lo primero que han visto nada más llegar a Londres ha sido un león, del que tantas veces han tenido que escapar. Aseguran que han corrido cientos de millas detrás de ellos para espantarlos y que no se coman sus animales.
Vestidos con su atuendo tradicional y protegiendo sus pies con unas sandalias hechas con neumáticos. Así han participado en el maratón londinense y han posado para los fotógrafos.
Su objetivo es recaudar dinero para hacer un pozo en su aldea. La sequía les obliga a beber agua no potable y las enfermedades, como el cólera, están matando a los niños masais. BQM