Intervienen a Sergio Aguilar para reconstruirle la nariz y el paladar

INFORMATIVOS TELECINCO / AGENCIAS 23/08/2010 11:27

Aguilar ha sido operado de madrugada de un traumatismo maxilofacial, consecuencia de una cornada con orificio de entrada submandibular que le afectó al paladar blando y duro, y al seno maxilar derecho.

Según fuentes familiares, el estado de las heridas es, siempre dentro de la gravedad, "tranquilizador". Además, ha confirmado que el herido "tampoco presenta inflamación ni tiene infección".

Pese a las buenas noticias acerca de su estado, hay una vigilancia estricta y continuada del paciente en previsión de que todavía puedan surgir complicaciones, han añadido las mismas fuentes.

Al llegar el torero al hospital procedente de la enfermería de la plaza donde en principio fue estabilizado, fue sometido a unas pruebas craneales que descartaron fracturas en la cabeza, coágulos y hematomas, una de las mayores preocupaciones de los médicos.

Allí se comprobó que la trayectoria del pitón había abierto dos caminos, hacia la nariz y hacia el paladar.

A pesar de los grandes destrozos que produjo el pitón en su recorrido, las constantes vitales del herido "siempre fueron buenas", según los médicos.

El cirujano-jefe de la plaza bilbaína de Vista-Alegre, el doctor José Luis Martínez Bourio, ha indicado que "dentro de la mala suerte, la cosa no ha sido tan grave como se presumía, ni siquiera hay por qué comparar este percance con aquel que tuvo Aparicio en Madrid hace ahora tres meses".

Corneado dos veces en la misma tarde

Antes de ser herido en el cuello, Aguilar había sufrido otra cornada de menor importancia por el toro segundo de la tarde, primero de su lote, de la ganadería de Alcurrucén, durante la faena de muleta.

El torero, del madrileño barrio de Vallecas, estaba cuajando una importante faena por el valor y la estética que imprimía a las series de muletazos por el lado derecho, ya que por el otro pitón el toro estaba siendo más complicado, de embestidas más inciertas, lo que, no obstante, tampoco le arredró.

Y terminaría siendo por el izquierdo por donde llegaron las dos cornadas, primero la del muslo mientras toreaba al natural, y después la del cuello cuando se disponía a rematar con la muleta montada una tanda previa a derechas. EPF