El diestro, aseguró a Informativos Telecinco que "lo que ha dicho ya es suficiente y no tiene nada más que hablar sobre el tema", aunque el sábado, en plena efervecencia confesaba que lo tomó por sorpresa por lo inesperado.
"Intento asimilar la situación, son cosas que no han pasado en la historia del torero y que me pase a mí... de verdad, no sé el porqué". Lechuga, entonces, fue más crítico con la actitud de Prager, con quien estaba vinculado desde el pasado invierno, al que calificó de "egoísta". No sólo por obviar sus responsabilidades antes de que él toreara en Madrid, sino por la relación que los unía y que su representante "no ha cumplido".
El novillero, una promesa del toreo, todavía no se pregunta cómo piensa seguir sin su mentor, porque es algo que "todavía no tengo claro". La temporada acaba en octubre y el madrileño piensa en sus próximos compromisos.
Pablo Lechuga supo que Gerardo Prager cuando éste se lo comunicó por teléfono la misma tarde que toreaba en Algemesí, el pasado viernes. Apenas unas palabras rápidas y ninguna explicación.
Desde entonces, el hombre permanece en la casa de GH, ajeno a la polémica que ha generado su decisión de dejar plantado al torero antes de que terminara su temporada.