Batty, un hombre mentalmente enfermo, se enocontraba jugando con el pequeño en un suburbio de Melbourne el pasado miércoles por la noche.
Según informa el diarioe 'The Telegraph', Luke había estado practicando el juego junto a otros niños de su edad en un equipo infantil, a pesar de que el grupo de entrenamiento se disolvió, el niño le preguntó a su madre si podría pasar más tiempo entrenando con su padre.
Según la policía local, cuando ellos llegaron encontraron al padre armado con un cuchillo e intentaron reducirle con sprays de pimienta, pero al no conseguirlo, le propinaron un disparo en el pecho. Fue trasladado en helicóptero al hospital, donde falleció.
Tambien indican que el ataque de Batty a su hijo era algo premeditado, y que el fallecido padre ya tenía un largo historial de violencia. Al parecer, el hombre le propinó al niño un golpe mortal en la cabeza y después continuó atacándole con un cuchillo.
Según indican testigos, el hombre persiguió a la policía mientras les gritaba que le matasen.
La madre del niño, que se había mudado hacía 20 años a Inglaterra, pensó en un primer momento que el niño había muerto golpeado por una bola y que su padre había intentado reanimarlo. "Pensé que había sido un accidente. Sólo era una partida de cricket, había gente allí y yo pensé que estaría seguro. No tenía motivos para preocuparme", afirma la madre.
Luke y su madre acababan de volver de unas vacaciones en Inglatera y pensó que su hijo y su marido estarían cómodos uno con el otro.
Sin embargo, Batty nunca se había hecho cargo de ayudar económicamente al niño, e incluso había pasado unos años viviendo en la calle.
"Nadie quería mas a Luke que Greg, su padre, no se que ha podido desencadenar esto...creo que ha sido cosa de los problemas mentales de su padre, su vida se estaba desmoronando y todo iba a peor, y Luke era la única luz que brillaba para él", confiesa la entristecida madre.