"Lo normal es que vaya todo bien, sabes que tienes un tumor y que te lo tenemos que quitar" dice Javier Márquez, jefe del Servicio de Neurocirugía del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Conoce a Loli desde hace 5 años, y han hablado muchas veces de ése tumor. "Sabes que es una cirugía muy larga y que lo normal es que te despiertes al día siguiente" Loli asiente y sonríe. Conoce todos los pros y los contras, pero piensa en su hijo y en su única oportunidad para dejar de sufrir. "La operación no me da miedo, porque con éste dolor no puedo vivir. Es continuo, no puedo jugar con mi hijo, ni hacer los deberes, ni ir al parque con él. Por eso me arriesgo y se que estoy en las mejores manos"
La citan es a las 9 de la mañana. Loli bromea mientras le miden el cráneo, se lo pintan y la duermen. El preoperatorio consume unas tres horas, de las que la parte más importante es la anestesia. "Mantener a un paciente dormido durante tanto tiempo es un reto. Sabemos cuándo empieza, pero no cuándo termina. Por eso tenemos que ser muy precisos con las dosis" nos cuenta el Doctor Federero, anestesiólogo. La evolución en el mundo de la anestesia ha posibilitado que estas cirugías se puedan prolongar durante horas. "Clásicamente el cirujano tenía que ser muy rápido porque los pacientes no aguantaban. Ahora nos podemos ir a las 16 horas tranquilamente"
En éste hospital se operan 2000 neurocirugías al año, pero como ésta muy pocas. Los cirujanos soportan el paso del tiempo sin moverse. No existe el hambre, ni la sed, ni las ganas de ir al baño. Los médicos comparan éste tipo de intervenciones como una maratón en la que hay que dosificar las fuerzas hasta el final. Por eso, saben cuando entran al quirófano pero no cuándo van a poder salir. De hecho, salen por primera vez a las siete de la tarde para comer algo. "Los pacientes no querrán que les opere un médico mareado. Han pasado ya muchas horas, la glucosa baja y hay que comer" dice el Doctor Mázquez mientras da buena cuenta de un salmorejo.
Las horas vuelan mientras estas 15 personas no existen para nadie más que para Loli y su cerebro. Una operación que ronda los 100.000 euros y que, según en Doctor Márquez, nos recuerda la grandeza de nuestro sistema público de salud. "Las oportunidades que tenemos de disfrutar de un sistema donde unos pagan un poquito para que los que están enfermos disfruten de él, eso prácticamente no lo hay en ningún sitio. Ni Loli, ni toda su familia, ni seguramente todo su pueblo podrían hacer frente a los gastos, afortunadamente"
Por fin, a la una y media de la madrugada los cirujanos salen con buenas noticias para una familia que ha esperado durante 16 horas. Hoy Loli se recupera en la UCI.
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