La condición sine qua non que puso el padre de Leo para quedarse en La Masía fue que el Barça sufragara el costoso tratamiento al que debía someterse el jugador para solucionar sus problemas de crecimiento. Ni Minguella ni Rexach dudaron. No querían que su talento se marchara a otra parte. Y fue probablemente la decisión más acertada que se ha tomado en el club azulgrana en los últimos 20 años.
A partir de ahí, el talento del '10' se encargó del resto y ha ido quemando etapas en Can Barça a un ritmo vertiginoso. En su primer partido con la camiseta azulgrana (se enfrentaban el infantil A y el B) marcó cinco goles y golpeó dos veces al larguero. En el cadete B coincidió con Gerard Piqué y con Cesc Fàbregas. A aquel equipo se le llamó 'Dream Team' y a Messi se le comenzó a conocer en Barcelona como "el nuevo Maradona".
16 de noviembre de 2003. Fue la fecha en la que Messi debutó de manera no oficial con el primer equipo, en un amistoso contra el Oporto. Tenía 16 años y 145 días. Apenas un año después, Frank Rijkaard le hizo debutar oficialmente, y nada menos que ante el Espanyol, el eterno rival. Con 17 años y 114 se convertía en el tercer jugador más joven de la historia del club en debutar con el absoluto y el más joven en jugar en Liga con el Barça.
El primer gol oficial con el Barça llegó el 1 de mayo de 2005. Se lo hizo al Albacete. A partir de ahí, su fútbol fue creciendo a velocidad de crucero. Renovó con el Barça hasta 2014 y recibió la ciudadanía española. En 2006 debutó en Champions, recibió el Golden Boy al mejor jugador joven de Europa y ganó su primera Liga y su primera Champions.
La marcha de Ronaldinho, su gran amigo en el vestuario, fue un varapalo para él en lo personal, pero fue lo mejor que le pudo pasar en lo futbolístico. Le tocó tomar el testigo, ocupar el enorme vacío que dejaba el brasileño. Y no se arrugó. Para él fue algo natural, como lo fue siempre jugar al fútbol. La presión no existe. Es como si jugara en la calle. Disfruta, se divierte, vive.
Con la llegada de Guardiola se convirtió en el estandarte del mejor Barça de la historia, el de los seis títulos. En todos ellos, su presencia fue simplemente fundamental, lo que le sirvió para ganar el Balón de Oro 2009. Una temporada después, su fútbol sigue creciendo y partido tras partido confirma que está llamado a ser uno de los mejores de la historia. Hoy, el barcelonismo no concibe un Barcelona sin Leo Messi. Y el fútbol tampoco se concibe sin él.
JNP