Pese a la animadversión que está generando el juego de los blancos en la grada de Chamartín, el portugués ha reconocido sentirse "satisfecho" con el triunfo, que le permite seguir invicto en Liga y afrontar un nuevo amanecer desde el liderato y a expensas del resultado del Valencia frente al Atlético de Madrid.
Mourinho, que no ha escondido que ha sido "un mal partido", se ha excusado en afirmando que no es "nada fácil" jugar en un "campo de patatas", lamentando el estado del césped del Bernabéu, que será replantado para que dentro de quince días, frente al Deportivo, esté en mejores condiciones.
El técnico ha insistido igualmente en que la acumulación de partidos está dañando el crecimiento del equipo. "No es fácil jugar un partido sólo con dos días para recuperar ni con un adversario que no tiene nada que perder, no tiene presión y sí motivación, calidad y saben jugar".
"Todos los aficionados tienen un entrenador dentro"
Mourinho no lamenta las críticas de la grada del estadio merengue porque es consciente de que cada aficionado "tiene un entrenador dentro", pero reconoce no sentirse influido por los 'pitos' que asoman ya en Chamartín.
"El Real Madrid sólo tiene un entrenador, sólo uno puede decidir, algunas veces con intuición, pero la mayoría de las veces pensando", apunta el luso, quien se sintió satisfecho con la entrada de Khedira porque el equipo comenzó "a controlar el partido" aunque supusiera un cambio conservador.
Por último, cuestionado por la necesidad o no de rotar a los jugadores, Mourinho asegura que tal rotación se efectuará también en el Real Madrid, pero en el momento apropiado. "Las haré cuando el equipo esté en una fase diferente, si nos clasificamos para octavos habrá rotaciones. Ahora prefiero un equipo que da señales de cansancio, pero en la dirección que queremos caminar", explica. BQM