Aunque no hay una versión oficial acerca del estado del herido, según las asistencias que le han conducido hasta el quirófano la cornada está localizada en el hemitórax izquierdo, interesa el bajo vientre y podría afectar incluso al pulmón.
No obstante, unas palabras tranquilizadoras de uno de los banderilleros, referente a la impresión de los médicos: "su vida no corre peligro". Esta valoración hecha también por la gente del entorno del torero en base a que "ha entrado respirando bien".
Lancho se perfiló a matar al último toro de la ganadería portuguesa de Palha, cuando al volcarse para dejar la espada, el astado le propinó un certero pitonazo en el bajo vientre, levantándole del suelo y zarandeándole en el aire con el pitón metido durante varios segundos, hasta que finalmente cayó al suelo y fue trasladado de inmediato a la enfermería.
Momentos de mucha angustia, con la estampa sobrecogedora del torero muy herido, que gritaba, con gesto de mucho dolor en la cara y sangrando abundantemente.