El azulgrana, que tranquilizó a la prensa tras el encuentro en El Madrigal, mostró una vez más su compromiso con el club: "No pasa nada, consigo dosificarme. Mi juego no es explosivo. Se me carga la zona, pero todo está en la mente. Faltan tres partidos y hay que forzar. Si fuerzo es porque me veo bien".
Guardiola reconoció la valentía del medio: "Tiene un problema en el gemelo y si jugaba corría el riesgo de perderse el Mundial, pero dijo que quería jugar y por suerte no ha recaído, es un ejemplo para todos. No os preocupéis, que estará bien para Sudáfrica".
De hecho, la de El Madrigal fue una prueba significativa para Xavi, que confirmó lo que pensaba, es decir, que forzará lo que queda de Liga. Por suerte, las molestias no han ido a más y la rotura parece estar en una zona de poco riesgo. Por eso, el centrocampista está dispuesto a jugar ante el Tenerife.
La baja de Sergio Busquets por acumulación de tarjetas hace que Guardiola, que no es muy amigo de forzar a los jugadores tocados, se piense lo de su alineación en el once titular. De todas formas, Pep estará atento a las evoluciones del medio de aquí al martes.
JNP