Hace exactamente un año el presidente del Gobierno decretaba el estado de alarma en nuestro país ante el preocupante cariz que empezaba a cobrar la pandemia. Al día siguiente el 15 de Marzo, perplejos, atemorizados, todos estábamos obligados a permanecer confinados en nuestras casas. Las calles se vaciaron, las ciudades presentaban un aspecto fantasmal, la pesadilla acababa de empezar.
De forma improvisada llegaron los aplausos a nuestros sanitarios, el colapso en los hospitales, los fallecimientos en soledad en hospitales y en residencia convertidas en antesalas de la muerte, las colas del hambre, el teletrabajo, la ruina económica y, por fin, las anheladas vacunas que no terminan de llegar.
El próximo 4 de mayo habrá finalmente elecciones autonómicas en Madrid. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha desestimado la suspensión cautelar solicitada por la Mesa de la Asamblea de Madrid contra el decreto de convocatoria de elecciones de Isabel Díaz Ayuso firmado el pasado miércoles.
Los datos que, en general, están lejos de los peores momentos de la pandemia siguen preocupando mucho. De hecho, en los últimos días, se nota una tendencia a la estabilización e, incluso, se aprecia un ligero aumento en el número de contagios. Es el caso por ejemplo de Madrid, Cataluña y también preocupa el País Vasco.