El aborto de los pobres

REPORTEROS 19/01/2010 15:58

Comercializado en más de 150 países en todo el mundo para el tratamiento de la úlcera de estómago y de duodeno, tiene, además, propiedades abortivas. Por eso sólo se vende con receta médica y se debe usar bajo estricto control médico. Sin embargo, muchas mujeres embarazadas lo utilizan por su cuenta y riesgo, poniendo en grave peligro su salud y en algunos casos, la de sus hijos. Especialmente las latinoamericanas con pocos recursos o falta de información para acceder a las clínicas abortivas. También algunas prostitutas se encuentran entre sus usuarias.

El Cytotec es, según los expertos, el más potente abortivo en cuanto a eficacia, pero requiere de la supervisión médica. La mujer con la que contactamos vía mail -una boliviana que vive en España y obtiene las pastillas en el mercado negro de su país- nos facilita un número de teléfono. Nos encontramos con ella y nos vende 8 pastillas por un precio de 90 euros. En la farmacia, y con receta médica, se vende la caja de 40 comprimidos a 10’49 euros.

La mujer nos aconseja cómo tomarlas: "Son tres por arriba y tres por abajo, tú te las tienes que meter al útero. Si sangras sólo un día y luego se te corta ahí necesitarás un refuerzo, otras dos". Como nos explica el Director de la Clínica Mediterránea de Valencia, Josep Lluís Carbonell, sus recomendaciones son poco ortodoxas y además, peligrosas: "La forma de administración correcta es por una sóla vía. No se pueden ni se deben combinar diferentes vías de administración, jamás. Se debe utilizar la vía vaginal o bien la sublingual, o vía bucal".

Pero el mayor peligro en la automedicación de Cytotec está en las dosis. Sólo un experto debe decidir, en un centro médico y cumpliendo todos los límites legales, qué dosis deben tomarse para producir un aborto sin riesgo. Porque una dosis errónea puede producir fuertes hemorragias o incluso no llegar a provocar el aborto, lo que ocurre entre un 8 y un 10 por ciento de los casos, como explica el doctor Carbonell : "A veces creen que han abortado porque hay sangramiento, pero en realidad no se ha producido aborto. Entonces existe el peligro de que el embarazo continúe y en dos o tres meses se vea que esa mujer está de 4 meses y ya no pueda abortar debido al tiempo de gestación y ese feto tenga malformaciones provocadas por el Mysoprostol".

Las principales usuarias de Cytotec o Mysoprostol son latinoamericanas: muchas no saben que el aborto es legal en nuestro país bajo una serie de requisitos y usan el método de sus países de origen. Un método clandestino puesto que en la mayoría de países Latinoamerica el aborto está prohibido.

Nuestro contacto bolviano, a quien grabamos con una cámara oculta, asegura que no hay ningún riesgo:

-"¿Pero esto no es peligroso, no me voy a desangrar?", preguntamos.

-" Nooo (trata de tranquilizarnos), lo que te venga el primer día, no te asustes, eso tiene que venirte, todo tiene que ser así, pero si te viene poco a poco tú tranquila..."

Además la mujer nos escribe, a modo de receta médica "casera", sus recomendaciones: "Si te duele mucho toma Voltarén, para el miércoles, la Amoxicilina, es un antibiótico, tres veces al día. Si te piden la receta (en la farmacia) tú les dices que te duelen las encías por el frío...".

El doctor Carbonell asegura que jamás debe administrarse Cytotec fuera del control médico: "Me parece una aberración porque pone en peligro la vida de ellas y además puede producir malformaciones en el feto". Especialmente, apunta, en un país, España, donde el aborto está legalizado desde 1985 en tres supuestos (violación, grave riesgo para la salud física o psíquica de la madre o malformación del feto). A pesar de ello en España existen, según las clínicas de interrupción del embarazo, cuarenta mil abortos clandestinos al año.