Al abrigo de la fe

EVA LUNA/JESÚS MARTÍNEZ 04/03/2010 12:14

La parroquia de Jesús de Medinacelli abre las puertas la medianoche del primer jueves de Marzo. Por esas puertas pasarán aproximadamente un millón de fieles. Uno tras otro, entran en la iglesia, recorren unos metros y se paran frente a su Cristo, piden su deseo en voz baja, mirándole a los ojos, y besan los pies de la figura. Esto se repite todos los años desde el primer minuto del primer viernes de Marzo hasta el sábado de madrugada.

Pero los peregrinos han estado días antes (algunos una semana) en la puerta de la parroquia guardando cola para esta demostración de fe. Han dormido abrigados en el suelo, en sillas plegables, en tumbonas. Llevan comida, café, dulces, y todo se comparte. Incluso se montan pequeños puestos ambulantes de comida a lo largo de la enorme cola. Los bares de la zona colaboran con los fieles en lo que pueden. La espera en sí ya se ha convertido en una fiesta religiosa con identidad propia.

Las mujeres situadas en las primeras posiciones de la fila suelen ser fieles, no sólo al Cristo, también a ser las primeras. "Hace diez años pasé un cáncer, y me curó, y ahora ya es el segundo cáncer, y me va a curar igual". Así explica una de las mujeres su fe. Cuando lo cuenta nadie se asombra a su alrededor.

Por esos deseos cumplidos, explican las peregrinas, merece la pena pasar frío, dormir al raso y esperar días.

El año pasado la crisis también se dejo ver en el "besapiés" del Cristo. La mala situación de mucha gente hizo que acudieran a la cita casi un millón de personas, el doble que años anteriores.