Ocurrió en la estación de Plaza de Cataluña a primera hora del día. En las imágenes se aprecia como uno de los vigilante del metro está ya en el suelo, mientras otro trata de frenar a los agresores que finalmente abandonan el lugar. Como resultado de los golpes recibidos, el agente de seguridad sufrió la rotura de un tobillo y tuvo que ser operado horas después. Los sindicatos denuncian la falta de protección que significa patrullar en solitario.