La emocionante reacción de Ían, el pequeño de Almería con parálisis cerebral, al mensaje de su ídolo Camilo: "Te quiero"

Judit no está acostumbrada a llorar de alegría, pero lleva dos días sonriendo a base de lágrimas. "No puedo parar de llorar", nos confiesa. Y todo desde el mismo momento en que sonó su teléfono móvil y al abrirlo se encontró con un mensaje de Camilo para su hijo Ían, un niño de tres años con parálisis cerebral que soñaba con conocer al cantante colombiano.

"Mi marido Juan se quedó en blanco, yo lo viví como si no fuera conmigo, no me lo creía, y mi hijo flipó", cuenta su madre. Desde entonces Ían no ha dejado de pedir que le pongan una y otra vez el vídeo en el que Camilo le saluda. "Aquí tienes un nuevo amigo", le dice el cantante colombiano en el mensaje.

Toda la familia ha visto ya el vídeo. "Mis padres están super emocionados y le hicimos una videollamada a mi suegra y cuando lo vio no se lo creía", dice Judit, que tampoco termina de creerse que Camilo sepa quien es su hijo. "Eso no lo asimilo todavía", explica a Informativos Telecinco, "aún estoy procesándolo".

También han visto el mensaje su tutor y su cuidadora del aula específica de su colegio. "Se emocionaron al verlo", explica la madre de Ían. Y hasta ha llegado a la Fundación Nipace, en Guadalajara, donde el pequeño va a una terapia intensiva una vez al año. Allí las mismas fisioterapeutas que se colocaban una careta con el rostro de Camilo para animar a Ían, ahora celebraban el mensaje. 

El próximo mes de junio Camilo actuará en Granada y los padres de Ían ya tienen las entradas para que el pequeño pueda ver en directo a su ídolo. "Ahora mi cuñado y mi cuñada que no tenían entradas ya las han comprado", dice Judit, "toda la familia está tan contenta que quiere ir al concierto".

El cantante colombiano le ha prometido a Ían que allí se conocerán en persona. "Se que vamos a conocernos muy pronto y que vamos a poder vivir un momento en concierto juntos", le ha dicho en el vídeo el cantante al pequeño Ían, "y eso me da mucha felicidad". 

Una felicidad que ha pillado por sorpresa a la familia de Ían. Sus padres están acostumbrados a caerse y a levantarse, a apretar fuerte los dientes y a luchar, a despertarse temprano, a llevar a su hijo a un aula específica, a pasar las tardes de médico en médico y de cita en cita. Los padres de Ían están acostumbrados a pelear... pero lo de ganar no les pasa todos los días.

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