Estas reglas llegan tras conocer que los expulsados del servicio se dispararon aproximadamente de 600 a 1.500 entre los años 2011 y 2014. Cerca del 10 % del personal naval, suspendieron al menos un examen de aptitudes físicas desde 2011, generalmente por sobrepeso.
Este dato alarmante, llevó al mando de la Marina a tomar una decisión: en las pruebas de esta primavera darán una oportunidad más a todos aquellos que hayan suspendido tres exámenes físicos consecutivos. También tendrán un marco más flexible. Todo ello llega tras considerar que se están perdiendo demasiados militares valiosos.
Y es que las rígidas normas llevaban a los soldados a recurrir a medidas drásticas para no perder su trabajo como una liposucción o pastillas dietéticas. Era la única forma, para las personas con sobrepeso, de continuar con su carrera.
Además, se está considerando, por primera vez en dos décadas, proporcionar uniformes con un mayor tamaño.