Un asturiano atesora la mayor colección de bolígrafos publicitarios de España

AGENCIA EFE 31/05/2009 09:30

En una entrevista con EFE este coleccionista confiesa que todo empezó en 1988 cuando llegó a sus manos un curioso bolígrafo con forma de tornillo que publicitaba el pub "Creta" que decidió guardar en un cajón.

"Poco después ese cajón estaba lleno y fue cuando decidí iniciar la colección que no ha parado de crecer desde entonces", manifiesta.

Lo que empezó como un simple hobby se ha convertido con los años en una afición con mayúsculas que le roba mucho de su tiempo libre y que literalmente ha invadido algunas dependencias de su vivienda.

En el dúplex en el que vive con su familia en La Caridad, Santiago García tiene expuesto en su despacho lo más vistoso de su colección y el resto lo guarda en grandes cajas perfectamente clasificadas por temáticas para poder encontrar las piezas que busca.

También ha diseñado una completa página web en la que aparecen fotografiados muchos de los bolígrafos de la colección y en la que se especifica su origen y la fecha en la que se unió a la colección.

En su página web Santiago García ha reunido bajo el epígrafe "Los más queridos" las piezas de su colección por las que siente una especial debilidad, y entre ellas se encuentra un bolígrafo de una serie de un millón encargada por los bomberos de Nueva York a la empresa Styb a beneficio de los huérfanos de los atentados del 11-S.

Tras muchas dudas, confiesa que se atrevió a escribir a la empresa solicitando uno de esos bolígrafos y que tuvo la suerte de que le enviaran una de las "escasas" unidades que se guardaba de esa serie.

Con especial cariño guarda este coleccionista el que denomina "El boli de Martín", que fue el que le regaló la comadrona que atendió a su mujer Begoña en el parto de su hijo pequeño.

Otra de las piezas por la que Santiago García siente especial predilección es una un bolígrafo que lanzó Renfe para conmemorar la puesta en marcha del tren Talgo debido a lo que mucho que tuvo que luchar para conseguirlo.

"Después de mucho buscar y rebuscar, de contactar con trabajadores de Renfe de Barcelona, Oviedo, Sevilla, de jubilados que lo pudieran tener o saber algo de él, al final nada de nada. Ni siquiera Renfe pudo satisfacer mi empeño por tratarse de un recuerdo muy antiguo", explica el coleccionista.

Y añade: "De repente, cuando ya me había olvidado del dichoso tren, recibo un email de un señor que estaba interesado en hacer un intercambio de bolígrafos y me comunica que tiene el bolígrafo del Talgo y además en los dos colores en los que se hizo la serie".

El primer bolígrafo que persiguió con obsesión de coleccionista fue uno de una serie de "Tío Pepe", que lógicamente remataba la pieza con el tradicional sombrero cordobés.

"Un día, en un hotel de Los Oscos, salió el tema de las aficiones y alguien habló de la mía, un señor de los que estaban allí fue al coche y me dejó varios bolígrafos. Cuando me los dieron y vi que entre ellos había uno con sombrero y que era el del "Tío Pepe" no me lo podía creer", ha explicado.

Santiago García afirma que desde hace ya algún tiempo está más interesado que su colección crezca más cualitativa que cuantitativamente y entre los próximos retos está el de lograr piezas de algunos de los países que le faltan.