A pesar de los resultados, Sudáfrica no perdió ese ritmo que les caracteriza. Recuperaron su juego alegre ante Nueva Zelanda y Parker se convirtió en la gran esperanza. Marcó dos goles, los suficientes para dejarse un margen de error considerable España, porque ante la Roja en la fase de grupos cedieron con relativa facilidad.
Los 'Bafana Bafana' resistieron hasta el segundo tiempo, hasta la genialidad de Villa. Después, LLorente les remataría. Sin embargo, el objetivo de Sudáfrica estaba conseguido: pase a semifinales. El problema fue su rival, la todopoderosa Brasil.
Los sudafricanos jugaron su mejor partido, pero Parker no apareció. Volvieron a carecer de remate y a falta de tres minutos, Alves les rompió el corazón, obligándoles a abandonar el cambino hacia la final de su Copa Confederaciones.