Esta posición aparece recogida en un informe elaborado por el CES para la Cumbre Euromediterránea de los distintos consejos económicos y sociales de la región que se celebrará en Ammán (Jordania) entre el 17 y el 19 de octubre.
El documento ha sido elaborado en colaboración con los consejeros económicos y sociales de Argelia, Francia, Italia, Túnez, Jordania e Israel, así como con representantes del Comité Consultivo Mixto UE-Turquía.
El informe parte de la nueva situación internacional, en la que los países emergentes son líderes del crecimiento económico mundial y en la que se hace necesario crear nuevas áreas integradas que actúen como actores globales en las nuevas relaciones internacionales.
En este sentido, CES considera que la Región Euromediterránea puede convertirse en uno nuevo de estos actores si se aprovechan las ventajas relacionadas con la complementariedad entre la Unión Europea y los países del Sur del Mediterráneo.
No obstante, advierte de que la limitación en la transferencia de tecnología entre las dos orillas del Mediterráneo y la escasa integración industrial en el sector energético impiden aprovechar todo el potencial en la región.
Para los países del Norte, sería una oportunidad para la diversificación de los proveedores energéticos, con mayor seguridad energética, mientras que para la ribera Sur la profundización en la integración de los mercados energéticos constituye una oportunidad de desarrollo de nuevos sectores de actividad, así como de creación de empleo y renta, señala.
El CES habla además de la necesidad de desarrollar un 'anillo eléctrico' a través de la interconexión de cuadrículas de transmisión eléctrica entre las dos orillas del Mediterráneo.
Para ello, considera necesaria una integración normativa y técnica completa de los diferentes sistemas eléctricos, al tiempo que critica lo reducido de la actual capacidad de interconexión operativa entre los mercados eléctricos europeos y los de la ribera Sur.