10 claves para entender el lío del apagón nuclear que nos dejará el 100% energía renovable en 2050

eltiempohoy.es 06/01/2019 11:49

1. Situación nuclear en España

En la actualidad existen cinco centrales nucleares en explotación, aunque dos de ellas, Almaraz (1980 y 1983) y Ascó (1982 y 1985), cuentan con dos unidades gemelas, por lo que en realidad estamos ante siete, además de dos en proceso de desmantelamiento (Vandellós I y José Cabrera-Zorita), y una en cese de explotación, Santa María de Garoña (1970). El resto son Vandellós II (1987), Trillo (1987) y Cofrentes (1984).

Asimismo, en Juzbado (Salamanca) hay una fábrica de combustible nuclear y en Hornachuelos (Córdoba), un centro de almacenamiento de residuos de baja y media actividad, además de la construcción del Almacén Temporal Centralizado de Villar de Cañas (Cuenca), que lleva ocho años estancado y que desde el pasado mes de julio tiene el permiso paralizado por parte del ministerio.

2. Antigüedad de las centrales

La Ley 2/2011 de Economía Sostenible (LES) aprobada en el Senado permitió la ampliación del periodo de vida útil de las centrales más allá de los 40 años siempre y cuando esté autorizado por el Consejo de Seguridad Nuclear. Almaraz I cumple 39 años en activo, Ascó está a punto de los 37 y Cofrentes, 35, por lo que apremia dar una respuesta a la situación de estas sedes energéticas. En caso de seguir en funcionamiento se deberá solicitar una nueva autorización, que en estos momentos es de diez años, que puede realizarse dentro de los 12 meses previos a su clausura.

3. Licencias activas

Las centrales españolas están participadas, en distinta proporción, por las grandes eléctricas privadas: Endesa, Iberdrola, Nuclenor, IberdrolaNuclenorNaturgy y HC Energía. En estos momentos, las dos centrales de Ascó cuentan con licencia hasta octubre de 2021; Almaraz hasta el año que viene tras solicitar la renovación en junio de 2017; Cofrentes podrá hacerlo hasta marzo de 2021, Trillo, en noviembre de 2024, y Vandellós II vence su licencia en 2020.

4. Residuos radioactivos

El 95% de los deshechos producidos en España son de baja o media actividad radioactiva y el 5% de alta corresponden aproximadamente a unas 160 toneladas. Ahora mismo no existe un almacén para esta última basura nuclear, por lo que son trasladados a otros países como Francia y Reino Unido. El proyecto paralizado de Villar de Cañas, cuyo retraso en la construcción le está costando a las arcas públicas una multa diaria de 75.000 euros, contará con tres barreras: una cápsula de acero inoxidable; un tubo de almacenamiento del mismo material y una estructura de hormigón de dos metros de espesor.

Los residuos de baja y media actividad se encuentran custodiados por la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos (ENRESA) en Córdoba y hace un año tenía ocupado casi un 80% de su capacidad. Según los expertos, podrá almacenar deshechos hasta 2030.

5. Desmontaje

El proceso por el cual una central nuclear es desmantelada hasta el punto que no son necesarias medidas de protección contra la radiación incluye varias acciones técnicas administrativas, entre ellas el inventario radiológico, que suelen prolongarse durante años. En septiembre del año pasado, Enresa ya había ejecutado el 85% del desmontaje de José Cabrera, cuya actividad cesó en 2006, lo que permite hacerse una idea de las dificultades para llevar a cabo los planes del Gobierno con respecto al apagón nuclear definitivo previsto en 2028, una cuestión inviable, si tenemos en cuenta las actuales licencias y los tempos que los expertos necesitan para el desmontaje definitivo.

6. ¿Quién paga?

Una de las cuestiones más polémicas es el coste. Según publicó el diario Expansión en julio de 2018, el último informe anual de Enresa eleva a 14.248 millones de euros los cálculos sobre el coste de cierre de todas las centrales atómicas, frente a los 13.153 millones que calculaba hace un año. Un fallo de previsión hace que la empresa pública cuenta con un agujero de casi 3.000 millones, dinero que el ministerio de Energía pretende cargarlo a las eléctricas y estas no parecen dispuestas a asumir. No sería la primera vez que el contribuyente tiene que hacer frente a una inversión de este tipo, ya que España es el único país en el mundo en el que el desmantelamiento es responsabilidad de una empresa pública, pese a que los inversores de esas sedes son las grandes eléctricas.

7. Foro Nuclear

El pasado mes de noviembre Ignacio Araluce, presidente del Foro de la Industria Nuclear, hizo unas declaraciones en las que consideraba poco factible el cierre nuclear antes de 2030, ya que supondría triplicar en tiempo récord el parque de energía renovable. En declaraciones a Europa Press, Araluce defendió que en los próximos años, "sin la fundamental energía nuclear" no será posible cumplir con el Acuerdo de París para limitar la temperatura del planeta en dos grados centígrados. El Foro Nuclear ha solicitado al Gobierno la continuidad de las centrales nucleares a largo plazo ya que un cierre anticipado supondrá un incremento de los costes de generación y de emisiones contaminantes.

8. Detractores

Son muchos los argumentos a favor del abandono como el riesgo de accidentes y de ataques terroristas a las centrales; la proliferación nuclear, la alta peligrosidad de las emisiones radioactivas, la protección ecológica y contra los gases invernadero, la independencia energética… y en España son muchos los ciudadanos, partidos políticos y organizaciones ecologistas que se muestran a favor del cierre definitivo. En la actualidad, el gobierno de Pedro Sánchez desea hacerlo efectivo de manera escalonada con fecha límite en 2030 e incrementar el uso de energías renovables.

9. ¿Y el carbón?

Otro de los objetivos de Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, es el cierre de la minería del carbón, que debería ser efectivo ya en las 26 explotaciones de Asturias, Asimismo, para 2020 deberán abandonar su actividad las 15 centrales térmicas que queman este combustible, siguiendo las exigencias de la Unión Europea. Iberdrola y Endesa presentaron el año pasado las peticiones para clausurar cuatro de sus plantas y Naturgy hará en breve lo mismo con otras tres. Desde hace meses, los sindicatos que representan a los mineros negocian con el Gobierno una salida para estos trabajadores con planes de jubilación, que todavía no se han concretado.

10. Nucleares en Europa

Suecia fue el primer país donde se propuso el abandono de la energía nuclear en 1980, pero ha sido muy controvertido ya que ningún gobierno desde entonces ha hecho efectivo el resultado del referéndum y de la decisión del parlamento de cerrar las nucleares. Le siguieron otros como Italia (sus cuatro plantas están desmanteladas), Bélgica (siete reactores en situación de operar), Alemania (27reactores parados y nueve activos) y Suiza (cinco activos). Francia es el socio europeo con mayor número de reactores en actividad, 58, y es uno de los mayores exportadores de energía nuclear dentro del Viejo Continente, además de ser el tercer productor de esta energía en el mundo tras Estados Unidos (99) y Japón (48).