El evento Carrington: ¿cómo afectaría una megatormenta solar hoy en día a nuestro planeta?

Verano de 1859. El astrónomo Richard Carrington observó la tormenta solar más grande jamás registrada que se tradujo en auroras boreales y luces del norte y del sur visibles en todas partes del planeta, así como interrupciones eléctricas. A partir del 28 de agosto, se observaron auroras que llegaban en zonas de latitud media, como Madrid o Roma, hasta Santiago de Chile, La Habana, el norte de Colombia y Australia. Fue lo que se denominó como evento Carrington.

El pico de intensidad llegó el 1 y el 2 de septiembre y provocó el fallo de los sistemas de telégrafo en toda Europa y en Norteamérica. Los cables sufrieron cortes y cortocircuitos que causaron numerosos incendios.

La acción del viento solar sobre la Tierra aquel año fue, con diferencia, la más intensa de la que se tiene constancia. Aquella eyección de masa coronal (CME) lanzó al espacio una cantidad de energía equivalente a la liberada por 10.000 millones de bombas atómicas.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), según explica 20minutos, utiliza la 'escala G' de tormentas geomagnéticas para medir la fuerza de las erupciones solares. La escala va del 1, el nivel más bajo, al 5, el máximo. Pues bien, aquella tormenta solar fue clasificada como G5.

En 1989, sí sufrimos una tormenta solar, pero no tan intensa como el evento Carrington. En minuto y medio, una tormenta geomagnética dejó sin luz a toda la provincia canadiense de Quebec. Según la NASA, seis millones de clientes quedaron a oscuras durante nueve horas. También dañó transformadores en lugares tan lejanos como Nueva Jersey y estuvo a punto de dejar fuera de servicio las redes eléctricas de EEUU desde la costa este hasta el noroeste del océano Pacífico.

El 23 de julio de 2012, una eyección de masa coronal muy parecida a la del evento Carrington cruzó la órbita terrestre sólo 9 días después de que la Tierra pasara por ese punto. El planeta, nuestra civilización, se salvó por los pelos de un inmenso desastre.

¿Que sucedería hoy con una tormenta solar?

Satélites, sistemas de electricidad, tecnologías eléctricas y digitales se verían severamente dañadas. Es decir, durante semanas nada, absolutamente nada, funcionaría. Charles Q. Choi destaca en Live Science que, según algunos estudios, tan solo en Estados Unidos, el costo de reponer el sistema eléctrico dañado llevaría cuatro años y una factura de unos 2,6 billones de euros.

Otra investigación, en el año 2017, estimó que el apagón podría llegar a afectar al 66% de la población estadounidense. El estudio, publicado en la revista Space Weather, estimó que las pérdidas económicas diarias en aquel país podrían ascender a 41.500 millones de euros, más otros 7.000 millones por las interrupciones de la cadena de suministro internacional.

Hugh Hudson, físico solar de la Universidad de Glasgow (Escocia), señala en Live Science que ya "hemos visto eventos comparables desde entonces" y considera que, hoy en día, una megatormenta solar "tendría un impacto sustancial, principalmente en las actividades humanas en el espacio". Según Hudson, añade 20minutos, existen pruebas de que el Sol puede producir "superflores" que desaten una energía 10 veces superior a la del evento Carrington.

El estudio del año pasado de Astrophysical Journal, que analiza los datos del telescopio Kepler, sugiere que esas "superflores" pueden ocurrir aproximadamente cada 3.000 años y las que son 100 veces más energéticas pueden suceder, aproximadamente, cada 6.000 años. Por lo tanto, que no cunda el pánico.