El universo es todo: el espacio y el tiempo, la energía y la materia, la explicación de todas las leyes y constantes físicas… ¡Nosotros somos también parte de ella! Pero, ¿sabemos todo de él?
Borrachera espacial
Para empezar, alcohol. Sí, el universo se compone del alcohol que hay en las bebidas. Existe una nube interestelar gigantesca que aglutina hidrógeno molecular, agua y dióxido de carbono con granos de polvo reaccionando químicamente para formar moléculas complejas, como el alcohol etílico. El calor que se forma en este proceso se acumula en el centro de la nube y evapora alcohol, escapándose al resto del Universo.
La nube gigantesta de alcohol se llama G34.3, se encuentra en la constelación Aquila y tiene en su interior tal cantidad de alcohol para dar 140.000 litros de cerveza a una persona cada día… pero no sería aconsejable tomarlo: con el alcohol hay cianuro, dióxido de carbono, amoniaco y otras cuantas sustancias perjudiciales para el humano.
No hay centro en el universo
Una inmensidad inmensa. No conocemos todos los rincones del espacio, ni siquiera si tiene límites. De hecho, las últimas mediciones del mismo confirman que tiende a expandirse a una velocidad que contradice la física actual. ¿Cómo determinar un centro? No existe. Tomar un punto como centro sería una aberración teniendo en cuenta que el 95% del universo es materia oscura y, por tanto, desconocida.
Big Bang, una explosión inmensa
El origen del universo se produjo hace 13.800 millones de años con una explosión que equivale a 10 millones de bombas de hidrógeno.
¿Se acabarán las estrellas?
La eterna pregunta de los astrónomos y de todos los demás. Realmente, muchas de las estrellas que vemos cuando miramos al cielo están ya muertas. La luz de la estrella viaja por el espacio muy lenta y, cuando consigue llegar a nuestros ojos, el astro que lo emite ya 'brilla por su ausencia'. Digamos que lo que vemos es el pasado del universo… ¿Llegará un momento en el que veamos el cielo totalmente negro? De momento, nacen 275 millones de estrellas todos los días.
Carne chamuscada, el ambientador en el espacio
Cuando los astronautas de la Estación Espacial Internacional salen al exterior para efectuar alguna reparación o montar un nuevo módulo, los HAP (es decir, los Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos) del ambiente se adhieren a sus trajes y herramientas y dejan un 'aroma' a quemado.