Ni meteoritos, ni volcanes: una superllamarada solar, la mayor amenaza para la Tierra en el próximo siglo

eltiempohoy.es / Europa Press 23/10/2017 15:48

Este es el cálculo de los científicos Manasvi Lingam y Abraham Loeb, del Harvard Smithsonian Center for Astrophysics (Cambridge, Reino Unido), que han publicado un estudio sobre las superllamaradas solares.

Ambos exploraron algunas de las ramificaciones que surgen de las superllamaradas solares en la historia evolutiva de la Tierra, de otros planetas en el sistema solar y exoplanetas. Proponen que las superllamaradas más potentes pueden servir como factores plausibles de los eventos de extinción, y que su periodicidad corresponde a ciertos patrones en el registro de diversidad de fósiles terrestres.

Los investigadores llegaron a la conclusión de que el riesgo que suponen las superllamaradas solares no ha sido apreciado lo suficiente y que la humanidad podría ser testigo de un evento de superllamarada en los próximos mil años. No obstante, precisan que a la luz de las muchas incertidumbres, recomiendan que sus resultados se vean con la debida precaución.

Los efectos de las llamaradas solares

Las erupciones solares son poderosas explosiones de radiación que emanan de los llamados puntos calientes en la superficie del sol. Se ven como áreas brillantes en el sol y pueden durar de minutos a horas. Las llamaradas solares ocurren continuamente, pero su intensidad puede variar mucho, dependiendo de dónde se encuentra el dial del ciclo del sol en un momento determinado.

La radiación nociva de una llamarada no puede pasar a través de la atmósfera de la Tierra para afectar físicamente a los humanos en el suelo, sin embargo, cuando es lo suficientemente intensa, pueden alterar la atmósfera en la capa donde viajan las señales de GPS y comunicaciones.

El problema: vivimos en el S.XXI

Por ejemplo, la llamarada que produjo en 1859 el Evento Carrington afectó a los sistemas de telégrafo de todo el mundo, y algunos operadores informaron que habían sido electrocutados. Los cielos de todo el planeta Tierra se tintaron con auroras rojas, verdes y púrpuras tan brillantes que los periódicos podían leerse con tanta facilidad como a la luz del día. Las impresionantes auroras alcanzaron latitudes tropicales sobre Cuba, las Bahamas, Jamaica, El Salvador y Hawái.

"En aquel entonces, no había mucha tecnología, por lo que el daño no fue muy significativo, pero si sucediera en el mundo moderno, el daño podría ser de billones de dólares", dice Loeb a New Scientist. "Una superllamarada como esa hoy podría cerrar todas las redes eléctricas, todas las computadoras, todos los sistemas de refrigeración de los reactores nucleares. Muchas cosas podrían ir mal".

Llamaradas capaces de producir mutaciones en nuestro ADN

Las peores erupciones solares monstruosas pueden disparar explosiones de partículas cargadas tan poderosas que pueden destruir la capa de ozono o causar mutaciones en el ADN. Tales eventos extremos pueden ocurrir en una estrella como el Sol cada 20 millones de años.

Sin embargo, eventos mucho menos intensos pero aún peligrosos son mucho más frecuentes. Por ejemplo, hay un 12 por ciento de posibilidades de que un evento similar a la llamarada de Carrington ocurra en la próxima década.