Un grupo de expertos de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU) ha comprobado, a través de un análisis publicado en la revista 'Neurobiology of Aging', el motivo por el que diversos adultos mayores sin problemas cognitivos notables tienen más dificultades que los jóvenes para extraer la información relevante de la que no lo es.
Susan Courtney, responsable del trabajo, ha señalado que el rendimiento esperado "puede verse afectado no solo por la memoria, sino porque no pueden suprimir otros recuerdos que son irrelevantes. Algunos afecciones no son una cuestión de memoria específicamente, sino de recuperar la información correcta en el momento adecuado para resolver el problema", afirma la autora principal.
Para delimitar la investigación, se formaron dos grandes grupos diferenciados: uno que reunía a 34 adultos jóvenes (18 a 30 años) y otro formado por 34 adultos mayores (65-85). Cada uno de ellos debía superar una prueba de aritmética mental mientras su actividad cerebral era medida a través de resonancia magnética funcional (IRMf). Del mismo modo, se obtuvieron datos para medir la integridad de las conexiones cerebrales denominadas zonas de materia blanca.
Gracias a esta tarea, los encargados del estudio compararon la capacidad de los participantes para eliminar la información superficial y focalizar la memoria a largo plazo. Entre las pruebas se pidió que resolviesen un problema matemático sencillo como una suma o una multiplicación, y a continuación que cambiasen la operación a la inversa.
Si bien es cierto que su capacidad reunía las características esenciales para desarrollar los planteamientos propuestos por los formadores, el cerebro de las personas mayores respondía de una manera más "tardía", en concreto una fracción de segundo más lenta, que los participantes más jóvenes, aunque la diferencia más clara apareció en las exploraciones cerebrales. Los individuos mayores que tenían más dificultad con la interferencia también tenían más activación cerebral frontal que los adultos jóvenes.
Los investigadores se sorprendieron al encontrar que durante las partes de la tarea que eran más difíciles, donde los participantes tenían que cambiar entre la multiplicación y la suma y se les pedía que añadieran después de ver un comando de multiplicación o viceversa, las personas con las conexiones de fibra cerebral más fuertes contraintuitivamente se desempeñaban aún mejor. "Si tienes buenas conexiones entre las redes cerebrales, eso ayudará. Si no, hay interferencias", concluyen.