Excrementos humanos de hace 14.000 años podrían sugerir el asentamiento más antiguo en Norteamérica

  • Este hallazgo de la Universidad de Newcastle (Reino Unido) confirmaría que hubo una comunidad preClovis que se repartió por América del Norte

Un nuevo estudio sobre coprolitos (excrementos fosilizados) humanos de hace 14.000 años ha permitido que los arqueólogos conozcan más acerca de cuándo los primeros colonos llegaron a América del Norte.

Estas evidencias encontradas por un equipo de la Universidad de Newcastle (Reino Unido) en las cuevas de Paisley (Oregón, EEUU) entre 2002 y 2010 confirmarían la teoría de que hubo una comunidad preClovis que se fue repartiendo por Norteamérica. Durante la mayor parte del siglo XX se pensó que los primeros habitantes de las Américas pertenecían a un solo grupo conocido como Clovis, que dejó grandes y distintivas herramientas de piedra al final de la última Edad de Hielo (entre el año 11250 y el 10600 antes de Cristo).

Si bien el ADN de este estiércol seco se ha analizado anteriormente, el último estudio toma un rumbo diferente, buscando rastros de lípidos: los materiales biológicos grasos, incluido el colesterol, que se encuentran en las tripas de humanos y animales.

Es mucho menos probable que se produzca contaminación durante el análisis de los lípidos, que se conservan mejor que el ADN. Tomada con hallazgos anteriores, la nueva investigación sugiere que estas heces son de origen humano, según la geoarqueóloga Lisa-Marie Shillito, de la Universidad de Newcastle.

Los lípidos de los perros se mezclaron con los humanos, lo que indica que los compañeros caninos vivían junto a las personas en esta época. Es otra señal de vida domesticada, al igual que los fragmentos de materiales de fabricación de cestas también recuperados en el sitio.

Las muestras recuperadas de las cuevas de Paisley tienen el honor de ser las coprolitas más antiguas jamás descubiertas en el hemisferio occidental, pero los humanos podrían haber llegado incluso antes y no haber dejado tantas heces. A medida que se descubren y analizan nuevos hallazgos, la fecha estimada podría continuar retrasándose.

"Queremos saber más sobre las personas mismas. Fue un momento en que el entorno era muy diferente y cambiaba rápidamente. Queremos saber cómo se adaptaron a este cambio, qué estaban comiendo y cómo cambió con el tiempo", añade Shillito.