Dmitry Glukhovsky (Metro 2033): "Deberían hacer un videojuego de Crimen y Castigo de Dostoievski"

PortalGeek/EP 09/10/2012 09:16

El éxito de la historia de Glukhovsky ha dado paso a toda una saga de libros que traspasa fronteras y a la que no dejan de apuntarse nuevos autores. La novela nació en 2002 y desde entonces, al más de un millón de lectores de todo el mundo, se han sumado también los seguidores de los videojuegos y hasta un proyecto de adaptación cinematográfica de Hollywood.

El propio Glukhovsky reconoce que Metro 2033, el videojuego, ha atraído a más lectores a sus novelas, que se ganaron una legión de fieles en Internet. Para él, la Red ha sido una aliada que ha dado forma a su obra, pero no considera que todo sean ventajas. Por ejemplo, resulta visible que la constante conexión de las redes sociales y los 'smartphones' no le termina de convencer.

El autor de Metro 2033 y Metro 2034 vino la semana pasada a España para encontrarse con sus seguidores en Madrid. Una oportunidad para dar a conocer sus nuevos proyectos y animar a los jóvenes creadores españoles a unirse a la lista de autores que perpetúan las historias de la saga Metro.

Glukhovsky es Licenciado en Periodismo y Relaciones Exteriores por la Universidad Hebrea de Jerusalén. En la actualidad, trabaja como freelance para la cadena de televisión Russia Today. Este joven de 33 años es también autor de Historias de la Madre Patria, una serie de relatos satíricos breves que critican la actual situación política y religiosa de Rusia.

PortalGeek (P): ¿De dónde surgió la idea de su novela Metro 2033?

Dmitry Glukhovsky (DG): Tuve la idea de escribir este libro a los 16 años, cuando estaba en la escuela. Más tarde, cuando ya estaba en la Universidad, completé la primera versión. Entonces intenté publicarlo y llevarlo a distintas editoriales, y no es que lo rechazasen, es que lo ignoraban. Todo mi sueño era publicarlo, ver ese libro sobre papel, y pensar que los cinco años de mi vida que había dedicado a imaginar y a escribir el libro no habían sido en vano.

P: Entonces usted decidió publicarlo en Internet.

DG: En el año 2002 todavía no había ni Facebook, ni Twitter. Lo que se hacía entonces era crear una página. Yo hice una página para publicar la novela y que el público pudiese acceder a ella de manera gratuita. Mi idea no era ganar dinero, era darla a conocer, que la gente la pudiese leer y me pudiese decir lo que pensaba.

P: ¿Cómo consiguió atraer la atención de los editores?

DG: Dos años más tarde decidí escribir más capítulos. Doblé el número de páginas del libro y empecé un proyecto interactivo 'online'. Los lectores podían leer, participar, crear, influir en el libro. Entonces fueron los editores los que me vinieron a buscar porque sabían que había un texto que tenía un público detrás, y que esos lectores también querían tener la edición de papel. Así es como en 2005 mi sueño se convirtió en realidad.

P: ¿Concibió Metro 2033 con la idea de crear una saga?

DG: Entonces no tenía la idea de hacer una saga, pero los lectores querían más porque se habían quedado muy sorprendidos con el final de 2033, y querían una explicación. Cuatro años más tarde escribí Metro 2034. Era una exigencia de los lectores y yo sabía que si no me inventaba algo sería un esclavo de mi primera obra durante toda la vida.

P: ¿Y los libros que llegaron después?

DG: Después lo que hice fue invitar a otros autores a que participasen en 2033, a que escribieran sobre lo que podría pasar tras una destrucción nuclear. Hice un llamamiento a autores rusos y de otros países para satisfacer a los lectores. En general se trata de autores jóvenes, principiantes, a los que les damos la bienvenida porque pensamos que es importante que tengan una primera experiencia. Vienen de distintos lugares, hablan distintas lenguas, y han participado en la creación de todo este universo. Hay treinta libros en Rusia, dos son míos. También hay libros en español, en italiano, en inglés... Espero que algún autor español escriba destruyendo Madrid o Barcelona.

P: Usted es periodista, ¿Tiene algo que ver su formación con las historias de ciencia ficción de sus novelas?

DG: Influye en los libros que escribo ahora, pero en aquella época no era así. Cuando empecé a escribir Metro 2033 era sólo un alumno de secundaria. Puedo decir que lo que yo escribía en Metro 2033 no era nada científico, porque las consecuencias de la guerra nuclear que yo describía no son viables. Muchas veces me critican por esto. Yo hablo de monstruos, de mutantes, pero sin ninguna base científica. Lo que yo hice, más que ciencia ficción, sería fantasía urbana.

P: En sus primeras novelas los personajes no están nunca seguros de lo que pasa más allá de las fronteras de su mundo subterráneo. Esta idea contrasta con la era de hipercomunicación en que vivimos, ¿Quiso usted enviar un mensaje de reflexión al respecto?

DG: Yo creo que ya estamos todos un poco cansados de ser accesibles en todo momento a través de los teléfonos móviles y más aún con los 'smartphones'. Es una especie de adicción emocional, esa impresión de que nos necesitan y de que nuestras ideas gustan a los demás. A veces la gente piensa que si nos escondemos es que somos unos hijos de puta. Yo lo que creo es que se ha perdido una parte del romanticismo de las relaciones personales. El juego de si queríamos estar accesibles, de si el otro quería acceder a nosotros, y de no ser siempre transparentes.

Mark Zuckerberg dijo en una ocasión que todo el mundo podía ser etiquetado en Facebook. O sea, que todo el mundo tiene que ser transparente y no tener nada que esconder. No sé si él tendrá mucha vida sexual, porque trabaja muchísimo, pero habría que poner en duda esa idea de que todo el mundo sea etiquetable las 24 horas del día y de que todo el mundo nos pueda encontrar.

P: Todas sus novelas se publican en la Red, ¿Cree usted que Internet es un enemigo o un aliado de la literatura y de la cultura en general?

DG: Yo empecé a publicar en Internet porque no tenía otra elección y fui innovador en este sentido. En Internet tengo la posibilidad de transmitir el texto a un público muy grande. Creo que esto es algo muy bueno para los comienzos de un autor. Ya no soy un autor principiante, pero cuando empecé era algo muy importante. Lo principal cuando se empieza es tener muchos lectores, no es ganar mucho dinero. La literatura no es algo lucrativo. Cuando escribo lo que quiero es hacer libros con ideas que contagien a la gente, y son esas ganas de obtener el elogio y la respuesta del público las que me impulsan a hacer las cosas. Tampoco quiero que la gente se gaste la mitad de su sueldo en comprar mis libros, ni que tengan que elegir entre salir con una chica o leer mi libro. Me interesa que me sigan y que me recomienden a otras personas; con eso me basta.